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El legado del gijonés Ignacio Patac se va para Oviedo

La colección del ingeniero que estudió la cuenca carbonífera de La Camocha se conservará en la Escuela de Minas

Ignacio Patac García. ARCHIVO DE LA FAMILIA PATAC

Al ingeniero de Minas, investigador y escritor gijonés Ignacio Patac y Pérez-Herce (1875-1967) le debe Gijón los estudios que permitieron a la Sociedad Anónima Felgueroso (SAF) la explotación comercial de la cuenca carbonífera local, iniciada oficialmente el 1 de octubre de 1935, en Mina La Camocha (parroquia rural de San Martín de Huerces) y finiquitada en diciembre de 2007, a pesar de que en el pozo aún existen unas reservas de carbón estimadas en unos 127 millones de toneladas.

También se debe a Ignacio Patac y Pérez-Herce (que era primo carnal del jesuita José María Patac de las Traviesas, cuya formidable Biblioteca Asturiana se conserva en la Biblioteca Pública "Jovellanos") el denominado "encendedor Patac", que patentó en el año 1911 y que fue un avance en el campo de la seguridad minera.

Y también que fuera un hombre en extremo ordenado y cuidadoso de lo suyo. De esta forma, a su muerte, su hijo, el también ingeniero de Minas Ignacio Patac García (1929-2003), conservó la obra de su padre, entre la que destaca una colección de fósiles de por lo menos tres toneladas de peso, además de libros, documentos, planos, etcétera.

Toda esa colección irá a parar ahora a la Escuela de Ingeniería de Minas, Energía y Materiales de Oviedo, después de que el Ayuntamiento de Gijón diera la callada por respuesta para hacerse con la cesión de la colección, ofrecida por la nieta de Ignacio Patac y Pérez-Herce. La firma de la cesión tendrá lugar, a la una de la tarde de hoy, en la citada escuela ovetense.

Tras el fallecimiento de Ignacio Patac García, su hija Ana, por testamento, se hizo cargo de "las cosas del abuelo" y cuidándolas, como hiciera su padre, en el año 2014 decidió dar el paso de ceder la colección de Ignacio Patac y Pérez-Herce.

"Lo primero que pensé fue en ceder la colección, de manera totalmente altruista, al Ayuntamiento de Gijón, y me pusieron en contacto con el director del Museo de Ferrocarril de Asturias, Javier Fernández, quien, a su vez, concertó una entrevista con la alcaldesa, Carmen Moriyón", relata Ana Patac.

Así fue. A principios de 2015 "me entrevisté con la Alcaldesa y me comentaron que estaban interesados en la cesión de la colección e, incluso, me hablaron de llevarla a una casita, que no conozco, del Jardín Botánico".

Pero los días fueron pasando, luego las semanas y los meses y desde el Ayuntamiento de Gijón, asegura Ana Patac, "nunca más me llamaron para nada de este asunto".

Tras un año y medio de esperar la nieta de Ignacio Patac y Pérez-Herce inició otras gestiones para ceder (sin perder nunca la propiedad) el legado de su abuelo. Se mostraron muy interesados desde la Escuela de Minas de Madrid, pero Ana Patac rechazó esta posibilidad, "yo quería que la colección se quedará en Gijón, donde había nacido mi abuelo".

Recibió un ofrecimiento también desde La Nueva, en el concejo de Langreo, una zona en la que "mi abuelo había trabajado mucho". Pero será la Escuela de Minas de Oviedo quien, el final, se llevará la cesión, por una casualidad.

Francisco Blanco Álvarez, director de la Escuela de Minas, se puso en contacto con Ana Patac para informarle de que se había decido dar el nombre de Ignacio Patac y Pérez-Herce a una de las aulas, circunstancia que la nieta del ingeniero y depositaria de su legado aprovechó para ofrecerlo, "por lo menos se quedaría en Asturias", subrayó.

Dicho y hecho. El director de la Escuela de Minas aceptó y una selección de los fósiles de la colección se exhibirán en unas vitrinas en el vestíbulo del centro universitario, mientras que al lado del aula dedicada a Ignacio Patac y Pérez-Herce se instalará una pequeña biblioteca con los libros del ingeniero.

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