El hostelero gijonés Enrique García, propietario de La Posada del Mar, falleció ayer a los 72 años. Natural de San Andrés, en Tineo, llegó a Gijón en el año 1961. Antes, con apenas 14 años, había abandonado la casa paterna para dirigirse a Medina de Rioseco (Valladolid) donde trabajó en el Bar Asturias.

Cuando el negocio se cerró él se trasladó a Gijón, donde empezó a trabajar en La Colina del Cuervo, en La Providencia. Posteriormente pasó a una cafetería del Muro de San Lorenzo y luego a la calle Corrida. En el año 1974 se estableció por su cuenta y montó el mesón "La Posada del Mar", un local de solera en la ciudad.

Aficionado a la pesca de río, su gran pasión fue el trabajo, al que se dedicó en cuerpo y alma. La celebración de la Palabra tiene lugar hoy a las cinco de la tarde. A continuación se incinerarán sus restos en el tanatorio de Cabueñes, donde permanece instalada hasta entonces su capilla ardiente.