Tras más de un año de ruidos y polvo en locales y hogares, los vecinos y comerciantes de la calle Aguado, en el barrio de La Arena, volvieron ayer a la normalidad tras reabrir el tráfico al concluirse las obras de mejora de la vía.

El viernes ya se facilitó el paso a los peatones y a mediodía de ayer los operarios de la empresa encargada de acometer los trabajos retiraban, pasadas las 13:30 horas, las vallas que impedían el paso a vehículos al tramo de la calle Aguado comprendido entre la calle Manso y la avenida Rufo García Rendueles. Todo ello una vez había transcurrido el tiempo necesario para la fijación de los adoquines.

"Por fin", suspiró Víctor Ortíz, propietario del estanco de la calle. Tanto él como los hosteleros Juan Carlos Suárez y Arcadio Álvarez coinciden en destacar la rapidez, efectividad y atención al ciudadano que les ha dispensado la nueva empresa que en cinco semanas ha logrado reparar "el desaguisado" que motivó la anterior contratación a la que se le rescindió el contrato en el mes de febrero. "Esto era un cachondeo hasta que llegó esta empresa que ha hecho las cosas como Dios manda", señaló Juan Carlos Suárez. No obstante, en la calle Aguado, aun tienen presente el malestar que supuso la falta de información. "Ni una disculpa ni una explicación. Nos enterábamos de las cosas por los medios. Hay que aprender a hacer las cosas bien desde el principio sin perjudicar a la gente", reprochó Víctor Ortiz.

"La espera ha sido maravillosa", apuntaba irónico Arcadio Álvarez a quien las obras le ocasionaron "un trastorno muy grande por el polvo y la maquinaria", en su cafetería. Sobremanera Ángel González, vecino en el portal de al lado que no confiaba en un final exitoso. "Esto mismo ya ha pasado en muchas calles", valoró.

La espera ha sido larga. Lejos queda ya el mes de marzo de 2015 en el que comenzaron a llegar los obreros para ensanchar las aceras y hacer semipeatonal la calle. Las demoras en la ejecución despertaron un profundo malestar entre vecinos y comerciantes ante la falta de respuesta y noticias. Unas demoras que motivaron el cambio de empresa para ejecutar la segunda parte de las obras de la calle. Un cambio que devolvió las esperanzas a los vecinos del barrio.

Ahora tan solo queda la colocación de los buzones de los contenedores soterrados que Emulsa tiene previsto instalar el miércoles. Una tarea menor en una calle que ha vuelto a la normalidad.