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Reacciones a una sentencia pionera en Asturias

"Por fin puedo cerrar un capítulo trágico", dice la víctima de la agresión homófoba

"No pienso dejar de mostrarme como soy", enfatiza tras la condena a prisión de los dos jóvenes que le rompieron la mandíbula por ser gay

Marcos Villanueva, a su salida de los Juzgados. JULIÁN RUS

Satisfecho por la condena pero temeroso de que el paso por la cárcel no vaya a servir para la reeducación que a su juicio necesitan los jóvenes que le agredieron. Así se mostró ayer desde Nueva York, en donde trabaja desde hace meses como cocinero, Marcos Villanueva, el joven que fue víctima de una agresión homófoba en mayo de 2014 en un bar de Fomento. El juez que acaba de emitir una condena pionera en Asturias de tres años de cárcel para cada uno de los dos acusados de romperle la mandíbula al denunciante reconoce en su fallo el agravante de que la agresión tuviera lugar como consecuencia de la decisión del joven de manifestar públicamente su condición sexual.

Marcos Villanueva aprovechó ayer su papel de protagonista de la noticia para hacer un llamamiento "a la población en general para conseguir que la sociedad y los gobiernos fomenten la inteligencia y la cultura con la que se logre que no nos matemos entre nosotros por tener diferentes culturas, religiones o identidades sexuales". "Después de las lesiones, de toda la recuperación, de la rehabilitación y de los dos años de que llevo esperando esta sentencia por fin puedo cerrar este trágico capítulo de mi vida aunque no sea al cien por cien", afirma el gijonés haciendo hincapié en que desde que tuvo lugar la agresión sufre secuelas psicológicas. "Lo que pasó me sigue repercutiendo a la hora de demostrar cariño a un hombre en público pero no pienso dejar de hacerlo y se que para otra vez sabré como reaccionar", asegura el joven.

Los hechos tuvieron lugar en mayo de 2014. Villanueva había conocido a los agresores poco antes de que le golpearan. Se encontró con ellos en las inmediaciones de un bar de copas. Les dijo que era gay y los ahora condenados le contestaron propinándole varios puñetazos que le rompieron la mandíbula. "Yo tenía claro como había sido todo y tampoco necesitaba que la justicia me lo confirmara pero si que me reconforta el hecho de que vayan a pagar con privación de libertad lo que han hecho, aunque tampoco tengo claro que les vaya a servir de nada, puede que incluso empeore la situación", valora Villanueva, que durante el juicio estuvo asistido por el abogado Luis Manuel Fernández García.

Una vez conocido el fallo el gijonés asegura que se siente preparado "para seguir luchando por lo que soy y por la gente que todavía no es capaz de decir o asumir su sexualidad" y recuerda que ya de niño sufrió acoso escolar. Ahora, al menos, la justicia le da la razón. A la pena de cárcel impuesta a los dos imputados el juez suma el pago de una indemnización de 18.565,48 euros con los que se pretenden cubrir las secuelas y los más de 100 días que Villanueva tuvo que invertir en la curación de las lesiones, de las que aún le han quedado secuelas.

En su fallo el magistrado titular del juzgado de lo penal número 1 de Gijón no muestra ninguna duda de la existencia de la agresión -que quedó registrada en las cámaras de seguridad del establecimiento de hostelería-, y hace hincapié en que "no existiendo ningún incidente previo, ni provocación alguna por el agredido, la consecuencia lógica que se infiere es que la agresión vino motivada por su previa manifestación de ser homosexual". Una circunstancia que lleva al magistrado de lo penal a aplicar en este caso la condena de un delito de lesiones con un agravante, lo que eleva la pena hasta los tres años de privación de libertad, el máximo permitido por ley.

Uno de los dos procesados ya se encuentra actualmente en la prisión de Villabona, en la que también deberá ingresar el segundo imputado en cuanto se ejecute la sentencia.

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