La última vez que Sergio Pagán asistió al Festival de Música Antigua fue como alumno de una clase de música emblemática y emblemas musicales. Hoy acude como miembro del jurado del Concurso Internacional de esta muestra que celebra su quinta edición. El madrileño tocaba ya en un grupo de música antigua cuando comenzó sus andaduras en Radio Clásica, donde lleva treinta años a la cabeza del programa "Música Antigua", además de en "La hora de Bach" y "La hora de Haendel". Su pasión innata por la música y su experiencia con los oyentes le han convertido en todo un experto del repertorio musical de la Edad Media, el Renacimiento y el primer Barroco.
- Los asistentes al concurso de este año tienen voz para elegir a un ganador. ¿Se espera a mucha gente?
- Sí... si sigue como hasta ahora. En Gijón hay mucho conocimiento e interés por este tipo de música. Se nota que lleva años funcionando esta Semana de la Música Antigua. El lunes estuve en el concierto de Carlos Mena y me quedé sorprendido con el volumen de asistencia: la gente escuchaba con un respeto y un interés palpable.
- ¿Ha conocido ya a los participantes?
- Se que hay un dúo que toca el clavelín, otro la flauta travesera barroca, una chica que canta con acompañamiento de tiorba... el único requisito que se les ha puesto este año es que vengan en pareja. El entorno sonoro y acústico va ser muy rico y variado. Al ser formaciones tan distintas va a ser díficil elegir los parámetros para valorar. La musicalidad, la expresividad o la gestualidad son posibles criterios.
--¿Qué tipo de oyentes tiene un programa como "Música Antigua"?
-- Tengo un público muy fiel y entregado. He recibido correos y cartas de Argentina, Chile o Nueva Escocia (Canadá). Algunas me han llegado al corazón. Hace poco me llamó un "sanador" de la provincia de Puebla de los Ángeles, en México, agradeciéndome la contribución que hacía con mi música a su comunidad indígena. Otro oyente argentino me contaba que grababa los programas y los escuchaba en sus viajes por la Patagonia. En España también hay un núcleo muy importante de incondicionales, músicos y no músicos. Para mí, la música es un elemento más de un entorno cultural e histórico. Intento que mis programas sean variados. Además de música, hablo de Caravaggio, Tiziano, Quevedo, Brunelleschi... Me llena de satisfacción hacer feliz a la gente con mi trabajo. La finalidad de la radio pública es esa: dar servicio a todo el mundo.
- ¿Cuándo nace el interés por la música antigua?
- Hace cuarenta años era bastante desconocida. En los sesenta, en países como Austria u Holanda, nace un movimiento para la reconstrucción de la música antigua. Este tipo de música guarda cierta conexión con la música folk y se aleja de músicas más encorsetadas: esta faceta la volvió popular entre los jóvenes. Desde entonces han surgido grandes grupos, en España y fuera, como el grupo de música barroca de Christopher Hogwood, con una demanda del público igual o superior a la de una orquesta filarmónica de Viena.
- ¿Es fácil acceder al repertorio musical español de la antigüedad?
- Sí. En parte gracias a los ingleses. El musicólogo inglés Bruno Tarner, fundador del grupo "Pro cantione Antiqua", editó la música de todos los grandes maestros de la polifanía española del siglo XVI: Guerrero, Morales, Gutiérrez de Padilla...
- ¿Que formación ha recibido para estar al frente de su programa en la radio?
- Estudié Historia y siempre he sido un apasionado del arte y de la música. Cuando entré en Radio Clásica, la música antigua estaba en pleno "boom". Los "mayores" de la emisora no conocían nada. En esa época Antonio de Cabezón o un sacabuche no eran familiares para la gente... Yo tocaba en un grupo de música antigua, así que tenía un conocimiento directo. Conocía los repertorios y tenía contacto con otros músicos. Eso y tener buen oído, me ha permitido dirigir y compartir con la audiencia programas de música antigua, que es a lo que he dedicado los últimos treinta años.
