Era el día perfecto para izar una bandera. El azar meteorológico quiso regalarnos la sugestiva secuencia de cómo se desplegaba en toda su plenitud la bandera azul que corona el Puerto Deportivo gijonés. Me gustan las banderas, aunque verlas plegadas como un paraguas es triste; les resta valor y sobre todo dignidad. Una bandera tiene que flamear para lucir todo su trapío y su color; es entonces cuando trasmiten el valor de su significado. En la mañana de ayer, al coronar el mástil la bandera, el generoso Nordeste extendió toda su horizontalidad azul, ofreciendo una imagen muy bella. Para colmo la limpieza de las aguas era total.

Ese Nordeste fue el culpable de que la ceremonia institucional no pudiera celebrarse al aire libre, ya que al ser acompañada de un pequeño ágape, volaban manteles y viandas. Así que a las puertas de las oficinas del Puerto Deportivo, su directora, Flor Guardado, antes de iniciar su discurso llamó a su lado al director de Planificación de la Autoridad Portuaria, Miguel Vallina; al comandante de Marina del Principado, Fernando Brinquis; al Guardia Civil del Mar Benjamín Rodríguez; al Policía Nacional Juan Manuel López, y al concejal de Medio Ambiente, Esteban Aparicio, para que la acompañaran en los protocolos.

Guardado dijo que hace 21 años consecutivos que el Puerto Deportivo recibe la bandera azul; de estos los 11 últimos corresponden a la gestión de UTE, la entidad privada que dirige la instalación, ya que anteriormente ésta correspondía a la Autoridad Portuaria. Dio las gracias a todas las personas y corporaciones que a lo largo del año contribuyen a la limpieza y salubridad de las aguas, al mantenimiento de la calidad de los servicios y la sostenibilidad de la demanda. Manifestó que el año pasado se invirtieron 70.000 euros en la reparación y adecuación de los pantalanes, e hizo un llamamiento a la ciudadanía para que respete la limpieza de la dársena ya que se arrojan al agua toda clase de objetos, algunos de gran tamaño, incluso carros.

Miguel Vallina hizo un interesante repaso por la historia del Puerto, que aún a finales del siglo XIX era el único de Gijón. Personalmente añado que sus diques fueron construidos en el siglo XVI, bajo el reinado de Felipe II, y el propio monarca financió las obras. Miguel Vallina recordó que todavía en 1980, delegados todos los servicios al Puerto del Musel, la zona de Fomento estaba hecha un asco. Fue entre los años 1986 y 1991, bajo el mandato corporativo de Vicente Álvarez Areces cuando se afronta la reforma integral del Puerto Deportivo; se construyen los paseos, el parking y las playas de Poniente y el Arbeyal, logrando cambiar la zona.

Por último el concejal Esteban Aparicio manifestó que al ser Gijón ciudad europea del deporte, la bandera azul de su Puerto Deportivo contribuye a su prestigio. Y Flor Guardado quiso destacar la colaboración de Leticia Artime, su eficaz mano derecha. Posteriormente todas las personalidades se dirigieron al extremo del dique de la Rula para proceder al izado de la bandera azul. No hubo saludo militar pero sí aplausos, y un generoso aperitivo.