El Ayuntamiento de Gijón ha puesto sus ojos en la Quinta La Vega, la casona señorial que la Autoridad Portuaria tiene en la parroquia de Jove. La regidora forista, Carmen Moriyón, ha iniciado una ronda de contactos con los grupos municipales para trasladar el interés por comprar este inmueble y saber el grado de apoyo político que tendría para llevar adelante esta operación. El Puerto ya puso a la venta este edificio -junto a otros bienes de uso no portuario- en 2014. Entonces, y con un precio de salida en la subasta de 1,09 millones, nadie se interesó por la casona de Jove.
Pero el deseo del Puerto por vender ese espacio se mantiene y de hecho se está pendiente de que el consejo de administración apruebe los pliegos de condiciones y las tasaciones para agilizar la subasta de la finca. Al igual que la subasta de terrenos junto al parque de vías de Aboño y en el entorno de la calle Francisco Eiriz, también en Jove. Estas últimas propiedades portuarias son también del interés del equipo de gobierno para convertirlas en patrimonio municipal. Ahora mismo ya dan servicio a la zona porque en ellas hay desde un campo de fútbol a una sede vecinal pero en una situación de provisionalidad en cuanto a la propiedad.
El coste de todo el paquete rondaría los dos millones de euros, según los cálculos municipales. Una cifra más que asumible para el Ayuntamiento. Y aunque la iniciativa está en una fase muy embrionaria de trabajo no ha generado una gran oposición en la Corporación. Se plantea como una opción para promover nuevos equipamientos y usos de carácter público en la zona Oeste de la ciudad.
La Quinta La Vega o Casa de Nava, en el camino viejo de El Musel, es una casona con jardín de finales del siglo XIX. El Puerto la compró en 2001 en estado de abandono y dedicó cerca de 900.000 euros a su rehabilitación integral. La parcela tiene 7.073 metros cuadrados de jardín -incorporado al Catálogo Urbanístico de Gijón- y alberga dos edificaciones. Una principal con una superficie útil de 503,8 metros cuadrados, además de 178,7 de terrazas y 86,9 de porches. Y otra auxiliar que se denomina de caballerizas. Durante un tiempo ambos espacios fueron usados para reuniones profesionales, congresos o juntas directivas del Puerto. También como ámbito de exposiciones.
La Autoridad Portuaria de Gijón lleva tiempo intentando sacar provecho económico de algunas de sus propiedades más singulares. Sin mucha suerte, por ahora. De hecho sobre la mesa ha quedado la propuesta de una cadena hotelera de convertir el edificio histórico frente al Puerto Deportivo en un establecimiento de cinco estrellas. A esa actuación se sumaría un edificio anexo de viviendas donde residían cargos portuarios. El punto de partida era la venta del edificio, en la que no se interesó nadie, y la cadena plantea el arrendamiento. Puertos del Estado rechaza esa opción, como evidenció durante la votación en el consejo de administración que trató el tema. Una decisión contra la que cargó Carmen Moriyón acusándoles de vetar a Gijón.
