La comparecencia de los dos máximos responsables de la "Semana negra", José Luis Paraja y Ángel de la Calle, tuvo momentos ayer en que sus palabras casi sonaban a despedida. Tanto, que se les llegó a interrogar por esa posibilidad. "¿Me preguntan que si voy a hacer un Taibo? Pues, a lo mejor, sí", llegó a responder el primero, en referencia a la decisión que adoptó Paco Ignacio Taibo II de dejar las riendas del festival en 2012, después de dirigirlo desde su primera cita.

¿Una pista de lo que puede pasar a partir de septiembre si el Ayuntamiento no da respuestas satisfactorias? Se verá. De momento, según aclararon más tarde tanto Paraja como De la Calle, no parece que exista intención inmediata de abandonar. Es más, anunciaron ayer que su previsión pasa por celebrar la trigésima edición "como se merece". Y hasta adelantaron la fecha, del 7 al 16 de julio.

A falta de los últimos datos sobre asistencia de público a la edición de este año, Paraja señaló que las cifras son similares a las de ediciones pasadas: alrededor de un millón de personas a lo largo de los diez días que duró el festival, desde la llegada del llamado "tren negro" el pasado día 8 hasta ayer mismo. Esos números indican que la decisión de cerrar el recinto de la "Semana" hora y media antes las jornadas laborables apenas habría tenido efectos sobre la asistencia de público. Otra cuestión es cómo ha afectado a algunos de los negocios, fundamentalmente a los de hostelería.

Ha sido una convocatoria con actos muy concurridos. La "Semana", que en 1988 reunió en El Musel a una treintena de autores y unos 75.000 espectadores, es hoy una de las citas con mayor aceptación del verano asturiano.