Tortilla, bollos preñaos, empanada, ensaladilla rusa, salpicón de marisco, cuscús y, por supuesto sidra y cerveza asgaya. El Solarón acogió ayer su primer gran "sarao" en la ciudad desde la determinación del gobierno municipal a dejarlo como un espacio verde y libre de vallas para disfrute de los ciudadanos en lo que el Plan de vías desarrolla su proyecto para la construcción de la nueva estación intermodal.

En lo que a eventos se refiere, la puesta de largo del terreno, rebautizado reciente y momentáneamente como el parque "Tren de la Libertad" en honor a las marchas femeninas promovidas por asociaciones gijonesas que viajaron hasta Madrid para protestar en contra de las restricciones a ley del aborto que promovió el exministro Alberto Ruiz Gallardón, congregó ayer a decenas de personas que en un ambiente familiar y distendido disfrutaron de un día soleado para conmemorar las fiestas del barrio del Carmen.

La buena climatología facilitó que el césped del parque se llenase de toallas, sombrillas e incluso tiendas de campaña para cobijarse del calor que incidió directamente contra El Solarón -no faltaron momentos de niebla baja- a partir de la una y media del mediodía en que comenzó la quedada popular. La plaza del Presi y la calle Numa Guilhou, anteriores escenarios, cedieron el protagonismo, por primera vez tras diez ediciones, a este emplazamiento que llevaba tiempo en barbecho y que los vecinos quieren disfrutar.

Esta jarana del barrio de El Carmen , además de festiva, llena de niños y mascotas, tuvo su matiz reivindicativo con casi más peso si cabe que el momento de asueto entre amigos. "Queremos que esto sea un espacio para el uso y disfrute del barrio, para todos sus vecinos. Y extensible a todos los ciudadanos de Gijón. Esperamos que sea el primero de muchos eventos de este tipo aquí porque lo estamos pasando muy bien", señaló Iván Lago, miembro del Centro Social Sestaferia, la entidad organizadora de la jornada, en compañía del comercio justo "Picu Rabicu". Una opinión muy compartida por los asistentes.

"Esta zona supone un pulmón de desahogo para la ciudad, ideal para este tipo de celebraciones, además de muy útil para los ciudadanos", apuntó Esther Martínez que acudió a la cita con un vestido tradicional de pescadora. Un atuendo que no le impidió escanciar multitud de culinos de sidra para toda la familia y amigos con los que compartió prao y mantel compuesto por el menú ideal para los eventos camperos: tortilla y empanada. Dentro de su familia no faltaban las mascotas, como un miembro más de pleno derecho. Así las cosas, Martínez no dejó pasar la ocasión para solicitar otro espacio más para perros en la ciudad. "Los perrinos necesitan su espacio, no deben prohibirles la entrada", solicitó.

Más preocupado por los ciudadanos se mostró Chema Castro en su valoración de la actividad pionera. "La ciudad tiene que ser para sus habitantes. Este sitio es perfecto, está abierto, en el centro de Gijón. No se puede pedir más", describió mientras sus amigos le esperaban para comenzar a dar cuenta de la tortilla que le traían preparada.

"Lo estamos pasando pipa", desveló por su parte Pablo Fuertes que junto a sus amigos contaban con sillas y mesa para no estar tumbados sobre el césped. "Se agradecen esas actividades en la calle, hay muy bien ambiente y hemos venido a disfrutar por primera vez", aportó Alberto Álvarez Sastre que, en compañía de otros, contaba con un menú más copioso para el festejo del Carmen. Álvarez Sastre, consciente de las necesidades, se inclinó por encontrar acomodo a las dos necesidades que se plantean entorno al Solarón. "Debería dejar una zona para estructuras necesarias que han falta a la ciudad y otra zona para potenciar este tipo de encuentros".

La parte gastronómica cedió el protagonismo a los juegos tradicionales, como los zancos -aunque no faltaron los balones de fútbol-, y a la música. Si bien es cierto que durante toda la jornada hubo música de todas las clases, de fondo, amenizando el encuentro, el punto álgido llegó con los conciertos. El primero en subirse al escenario fue el grupo folk "Les Barbares Barbús", que hizo suyas muchas canciones asturianas en version swing como "El garrotín" o "La jota de Leitariegos". Tomó el relevo el cantautor Nacho Álvarez, que interpretó, entre otras, temas de cosecha propia como "La Santina" y "Céntimos", dos canciones que ayer mismo estrenó al público y que forman parte del proyecto en solitario Nacho Álvarez y el cuarteto Bendición. Tras ellos tomó los mando un "disc-jockey" para continuar con la música.

A la llegada musical se fue sumando más gente. Según los datos aportados por los organizadores alrededor de 200 personas se dieron un garbeo por el Solarón. "Podemos decir que ha sido un éxito de asistencia porque la gente pasó aquí todo el día y no se quería marchar. Hemos estado entre amigos del barrio", valoró Iván Lago, satisfecho con la organización para hacer frente al amplio abanico de opciones del domingo en Gijón. "Con el buen día que ha hecho había muchas alternativas de ocio. Entre la playa, la 'Semana negra' y las fiestas no era fácil competir", reconoció. Lago ya piensa en la próxima edición de las fiestas del barrio del Carmen.

"Esperamos que el año que viene el Solarón siga disponible para el uso de los vecinos, que se mantenga igual que ahora para poder repetir la celebración porque a todo el mundo le ha parecido una gran idea", ruega el organizador a quien corresponda.