La Policía Nacional de Gijón asegura, en un informe remitido al juzgado de instrucción, que los familiares de los acusados de intentar matar a un mierense de 51 años que fue arrojado el día 8 de julio a las vías del tren en la zona de Veriña están "encubriendo" a los cuatro procesados por este intento de homicidio. Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) que desde que el pasado día 10 apareciera el cuerpo del herido investigan quién dio una paliza al hombre y lo dejó dos días tirado en una zona de la que no pudo salir sin la ayuda de los Bomberos, tratan ahora de comprobar la coartada que esgrimen en su defensa los presuntos responsables de la brutal agresión.

Los dos únicos detenidos en este procedimiento penal -el hermano y el cuñado del denunciante, un hombre con el que habían tenido problemas por una herencia- aseguran que en el momento de la agresión se encontraban disfrutando de una comida familiar en un piso situado en el centro de Gijón. Una excusa que a los agentes no les cuadra y que entra en consonancia con las "contradicciones" en las que -a juicio de los agentes de la Policía Nacional-, incurrieron los cuatro procesados durante sus respectivos interrogatorios en la Comisaría de El Natahoyo.

Los investigadores también analizan estos días minuciosamente las pruebas encontradas en la zona de Puente Seco, en Veriña, en la que fue localizado el hombre agredido. Allí los agentes se incautaron de parte del bastón manchado de sangre con el que supuestamente se había golpeado al denunciante. El mierense había llegado dos días antes a la ciudad. El agredido llevaba encima en el momento de su rescate una mochila con una funda de ordenador y su documentación. El herido, que tiene un trastorno bipolar diagnosticado desde hace años, reside en Bélgica con parte de su familia. Hacía diez años que no visitaba Gijón. Este verano había decidido pasar unos días con sus hermanos en el piso de la calle Ezcurdia propiedad de sus difuntos padres, el mismo inmueble en el que, según el relato que ofreció el denunciante desde el hospital a la Policía, fue brutalmente agredido por los dos detenidos ante la mirada de sus dos sobrinos, también investigados dentro de este caso de intento de homicidio. Pero no son los únicos que han pasado por la Comisaría de El Natahoyo. Los agentes que llevan a cabo esta investigación policial han interrogado además en los últimos días a dos hermanas más del hombre agredido.

En el momento de su rescate el mierense fue trasladado al hospital de Jove con una fractura abierta en el brazo derecho a la altura del codo, una contusión en el ojo izquierdo y una herida sangrante en el cráneo. Después de una operación de urgencia permaneció varios días ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro hospitalario gijonés. Tras varias jornadas de reposo ofreció su testimonio de lo sucedido a los agentes que le interrogaron.

La Policía reconoció el pasado martes en un comunicado oficial que al mierense lo habían arrojado a una zona "de difícil acceso". "De no haber sido localizada la víctima habría fallecido, ya que estaba oculta a las vistas de cualquier persona. Incluso, de haber podido levantarse, podría haber sido atropellado por el tren o acabar cayendo al vacío desde el puente", explicó una portavoz de la Comisaría de El Natahoyo. La investigación del caso se llevó de forma "muy sigilosa" según fuentes cercanas al caso. Los agentes temían que, de darse a conocer los trabajos, los hermanos del fallecido que también residen en Bélgica hubieran podido salir del país, dificultando la resolución del procedimiento penal.

Los dos detenidos y los acusados que fueron interrogados en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía quedaron en libertad después de ofrecer su testimonio en torno a lo sucedido en dependencias policiales o en el juzgado.