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Los neños rojiblancos de Senegal

Mbaye Diouf, que trabaja en Asturias como cuidador, quiere respaldar con una ONG sus envíos regulares de material deportivo y escolar para sus vecinos de Kaolak

Arriba, a la izquierda, el equipo ganador del torneo. A la izquierda, Mbaye Diouf, en la entrega del trofeo al mejor jugador. Sobre estas líneas, Diama Diouf, cubierta con bufandas del Sporting. LNE

Tras seis años en Gijón alejado de su familia, Mbaye Diouf quiere crear una ONG que le sirva para ayudar tanto a los suyos como a sus vecinos de Kaolack, en Senegal, su ciudad de origen. Una labor que él mismo lleva desempeñando más de un lustro, enviando material escolar, como libretas y bolígrafos y ropa deportiva. Lo costea gracias a lo que gana como cuidador, tanto de enfermos como de ancianos, e incluso no le pone reparos a recoger aquellos útiles que ve tirados por la calle.

"Llevo mucho tiempo recogiendo la ropa que la gente tira a la basura, camisetas y zapatos, que me encuentro por la calle", desvela Diouf que hace una semana que ha regresado de su ciudad natal. Desde su llegada a España el 23 de julio de 2010 tan sólo en tres ocasiones ha visitado sus raíces a pesar de hacer envíos bimensuales de mercancía. De ahí que su máxima prioridad ahora sea la de constituir legalmente una ONG. Para tal fin cuenta con la compañía e inestimable colaboración del profesor jubilado Urbano Rodríguez Vázquez, exdirector del colegio Jacinto Benavente, en Vega, y académico de la Llingua, que le prestó su ayuda desinteresada para dar forma a la "ONGu Neños". Con esta entidad -en trámites para su legalización- pretende cumplir con su cometido de mejorar las condiciones de vida de los más pequeños en esa región africana que espera como agua de mayo los envíos de Diouf.

Kaolak es una ciudad de unos 151.000 habitantes, donde se comercia con maní, cervezas, pieles y pesca. Mbaye Diouf dejó allí a su mujer, a su madre y a sus hijos a los que ha convertido, junto al resto de vecinos de su barrio, Ndangane, en seguidores del Real Sporting. "Allí todos son del Sporting desde que les llevé una bufanda en uno de mis viajes. Ven los partidos con frecuencia y para ellos no hay más equipo de fútbol que el de Gijón", desvela.

A ello ha contribuido que de España conozcan sobremanera la ciudad de Gijón al oír de primera mano las vivencias de su convecino Diouf. "Les gusta mucho jugar al fútbol. En mi última visita hice un torneo", relata. Para ello Mbaye compró dos copas en el Rastro, una mañana de domingo para llevarlas como trofeos, una para el equipo ganador y otra para el menos afortunado. "Los niños disfrutaron una barbaridad, estuvieron jugando todo el día", rememora con el deseo de poder conseguir mediante donaciones material deportivo y académico. Por este motivo apela a la solidaridad asturiana.

Su objetivo es que quien lo desee pueda ponerse en contacto tanto con él como con Urbano González para lograr material deportivo, camisetas y balones, "de temporadas pasadas que ya no puedan usar" -expresa- para que, sumado al material escolar, los niños del pueblo de Kaolak tengan una infancia más con más alicientes.

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