El grupo Armón ha cerrado con la naviera canaria Armas un contrato para construir un ferry de 182 metros de eslora y la opción, sujeta a determinadas condiciones, para la construcción de un segundo barco gemelo. Las negociaciones aún prosiguen para la contratación de un tercer ferry, tal como anunció este diario en mayo. Desde entonces, se han zanjando los últimos flecos para la entrada en vigor del primero de los ferries, algo que responsables de Armón señalan que se producirá en los próximos días, mientras otras fuentes aseguran que ya está hecho.

Según parece, las condiciones para que Armas decida acabar construyendo un segundo ferry en Armón están relacionadas, entre otras cuestiones, con cómo se ejecute la construcción del primero de ellos.

Con cerca de 182 metros de eslora y unos 28 metros de manga, el ferry que va a montar en la grada del astillero es de un tamaño similar a los que operaron en la Autopista del Mar entre Gijón y Nantes (apenas cuatro metros más largos y dos más estrechos que el de Armas). Se trata del buque de mayor tamaño que se haya construido en un astillero gijonés. Dado su tamaño, Armón tendrá que invertir 3,63 millones de euros en dragar 30.000 metros cúbicos, en su mayoría de roca, frente a la zona de botadura de su grada, proyecto que está aún en fase de tramitación ambiental. Sin el dragado, sería imposible construir esos barcos en Gijón

Este tipo de barcos de pasaje y carga rodada constituyen uno de los nichos de mercado más apetecibles por los astilleros y es la primera vez que el grupo Armón acometerá un encargo de esta envergadura. Armón ya construyó en otros astilleros ferries de pequeñas dimensiones y estuvo a las puertas de conseguir un encargo de la naviera estatal argelina en 2014 para hacer uno de los grandes en Gijón. Entonces no pudo ser. Por aquel encargo compitió con el astillero vigués Barreras, que es precisamente en el que Armas construyó sus últimos ferries.

El inicio de la construcción del primer ferry tardará aún unos meses, si bien Armón ya está trabajando en el proyecto, que consumirá alrededor de 8.000 toneladas de chapa naval producidas en la factoría gijonesa de ArcelorMittal.