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Sólo 150 empresas cotizan a la Cámara de Comercio de Gijón, Langreo y Carreño

Menos de un 0,75% de las firmas de su demarcación siguen vinculadas a la entidad tras la desaparición en 2012 de la adscripción obligatoria

De las más de 20.000 empresas que hay en los municipios de Gijón, Langreo y Carreño, apenas 150 cotizan a la Cámara de Comercio de esta demarcación. Se trata del número de asociados reales que permanecen vinculados a la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gijón, Langreo y Carreño, que como todas las entidades camerales de España se vio afectada por el real decreto que suprimió desde 2012 la obligatoriedad de que las empresas españolas estuviesen adscritas a las cámaras.

Las 150 empresas que permanecen activamente vinculadas a la Cámara representan menos del 0,75% del total de 20.091 empresas que había en su demarcación el pasado 30 de junio (17.293 en Gijón, 2.054 en Langreo y 744 en Carreño, según datos del INE).

El número de asociados a la Cámara es sensiblemente inferior al de las que forman parte de la patronal asturiana FADE, que bien directamente o a través de las patronales sectoriales que tiene integradas representa en Asturias a unas 50.000 empresas, de las que más de 16.000 están sólo en el concejo de Gijón.

La Cámara de Comercio de Gijón, Langreo y Carreño tiene establecidos cinco tramos de pago de cuotas para sus asociados. Uno especial para nuevas empresas, con menos de dos años de andadura, que es de 60 euros anuales. Los otros cuatro tramos están fijados en función de la facturación anual, que van desde los 90 euros de cuota al año para las sociedades y autónomos que facturen menos de 250.000 euros anuales hasta los 4.000 euros de cuota para las empresas que facturen más de 50 millones de euros al año.

La pérdida de asociados es común, en mayor o menor grado, a todas las cámaras de comercio españolas tras el decreto del último gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que eliminó la adscripción obligatoria, que se hizo de manera escalonada: En 2011 dejó de ser obligatoria para las pequeñas empresas y al año siguiente para las que facturaban más de 10 millones anuales. Esta situación ha acarreado importantes problemas económicos a otras cámaras, problemas que en el caso de la de Gijón son de mucho menor calado. Esto es así por la Cámara de Comercio de Gijón se nutre fundamentalmente de los ingresos por la gestión del recinto ferial Luis Adaro. En especial por los procedentes de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), que el próximo sábado inicia su 60 edición, pero también por el resto de actividades feriales o de congresos organizadas en un recinto que tiene algún tipo de actividad 320 al año. Gracias a los ingresos de la Feria, la Cámara de Gijón tiene asegurado su futuro, con independencia del número de empresas asociadas.

El salvavidas de la Feria es precisamente lo que está detrás de las propuestas que ha habido en los últimos años por parte de otras cámaras asturianas para ir a una fusión de las de Gijón, Oviedo y Avilés.

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