Un vivero de empresas medioambientales. Esa es la idea que tiene en mente el gobierno de Carmen Moriyón de cara a dar uso a la Quinta La Vega, una vez que se concrete la pretensión municipal de hacerse con una propiedad que ahora pertenece a la Autoridad Portuaria de Gijón. La intención del Ayuntamiento con esta idea no pasa sólo por generar un nuevo espacio económico para la ciudad. También supondría todo un gesto para los vecinos de la zona oeste en su lucha contra los problemas de contaminación que sufren. No hay que olvidar tampoco que la alcaldesa tiene la responsabilidad directa de la política medioambiental dentro del equipo de gobierno.
Aunque lo primero es hacerse con la finca. La Quinta La Vega es una de las propiedades que la Autoridad Portuaria de Gijón quiere vender. Ya lo intentó en una subasta, sin éxito, y lo va a volver a intentar en breve. El precio ronda los 1,3 millones. Hace unas semanas Moriyón consultó con los portavoces de los grupos municipales de la oposición la opción de que el Ayuntamiento pujara por la quinta. La respuesta fue positiva. También se baraja desde la Corporación hacerse con el campo de fútbol y unos locales que el Puerto tiene en el entorno de la calle de Francisco Eiriz. De optar a todo ese listado de propiedades el coste para las arcas municipales rondaría los dos millones.
La Quinta La Vega, o Casa de Nava, es una casona con jardín de finales del siglo XIX que el Puerto compró en 2001 en estado de abandono y rehabilitó de manera integral con una inversión de 900.000 euros. Además del edificio principal, que el Puerto usó para actos institucionales, tiene una casa auxiliar que se denomina de caballerizas. El jardín está catalogado.
