Agustín Antuña Suárez, Gijón, 1939, ha sido juez, técnico y periodista olímpico, además de expresidente del Patronato Deportivo Municipal. En deportes ha practicado casi de todo, pero en la halterofilia se hizo un nombre, como levantador y como juez internacional.
-Comienza la Olimpiada, ¿Qué hace que no está en Brasil?, ¿Irá?
-No, tampoco participé en las dos últimas, Londres y Pekín. En todas las demás, hasta seis, sí, más una paraolimpíada en Barcelona. Es un trabajo ímprobo, se madruga muchísimo, se cubren grandes distancias, y apenas hay descanso.
-¿Su momento estelar?
-El día que encendí el pebetero olímpico en Gijón para acudir a los Juegos de Barcelona 92. Era en mi patria y resultó la mejor organizada. Y recuerdo la inauguración del Grupo Covadonga de Las Mestas, en 1971, que acudieron los Príncipes de Asturias, Torcuato Fernández Miranda, Arias Navarro y tres ministros. He sido vicepresidente del Grupo Covadonga. Y en 1999 ingresé en el Comité Olímpico Español
-¿Cómo ve a los levantadores españoles, en esta olimpiada?
-Lidia Valentín es una posible Medalla de Oro. Es del Bierzo, un genio, levanta 120 kilos, una barbaridad para una mujer. Respecto a los chicos que tenemos no creo que obtengan medallas. En mayo de 1967 fue Jesús Revuelta quien incluyó a las mujeres y niños del Grupo Covadonga, en la halterofilia.
-¿Usted ahora qué levanta, sólo polvo?
-En efecto, polvo, pero llegué a levantar 117,50 kilos y fui juez internacional durante 30 años.
-¿Hay droga en la halterofilia?
-Desgraciadamente, sí.
-¿En qué región se consiguen mejores pesos?
-Antes en Sevilla y en Valencia pero actualmente está la cosa muy repartida.
-¿Esta práctica guarda alguna relación con la mente?
-Sí, es un deporte de concentración; sólo con la fuerza no se hace nada. Hay que pensar que en seis segundos te juegas el trabajo de entrenamiento de cuatro años.
-¿Ha sido usted un juez implacable o alguna vez le movió el corazón?
-Nunca cedí en mis criterios deportivos, algo que me trajo problemas. En una ocasión le di un nulo a un levantador español.
-¿Hablando de corazón, a qué velocidad se pone al alzar la máxima barra?
-Al límite, puede llegar a 240 pulsaciones por minuto, pero esto es relativo, depende de la persona. El médico está siempre al lado, pero he de decir que gasta más el remo; los remeros llegan muertos.
-¿La halterofilia es el contrapunto de la molicie?
-Todos los deportes lo son, cualquiera es recomendable, pero la halterofilia obliga a entrenar muy duro. La primera Medalla de Oro que concedió la Federación Española de Halterofilia me la dieron a mí.
-¿Gijón tiene fuerza?
-Mucha, si, aunque es un deporte minoritario, está recuperándose y hay gente muy buena. El deporte gijonés hay que medirlo por el Real Grupo de Cultura Covadonga, que en sus inicios contaba con 200 socios; en 1971 con 3.000, y hoy cuenta 38.000.
-¿Rusia, sí o no?
-Rusia sí, pero sin doping. Rusia ha dado magníficos deportistas.
-¿Rajoy, sí o no?
-No, pero sí quiero que España tenga un Gobierno. No podemos olvidar que estamos en Europa.
-¿Inmigrantes, sí o no?
-Hay que acogerlos pero con un control. Nosotros, los asturianos hemos sido los primeros que hemos emigrado a Cuba, México, Argentina, y nos acogieron bien.
-¿Podemos, si o no?
-No, no me gustan.
-¿Políticamente se ha significado?
-Creo que no, estuve con el PSOE, con el PP y con URAS en el comité asesor de becas olímpicas.
-¿Usted, cómo se esfuerza?
-Procuro estudiar porque doy muchas charlas relacionadas con el deporte.
-¿Y cómo se relaja?
-Caminando y nadando.
-¿Cuántas medallas cree que traerá España de Brasil?
-Apuesto por 18, pienso que podremos conseguirlas.
-¿A quién expulsaría de la competición?
-A todos los tramposos y a todos los que consumen productos artificiales.