Trabajadores y responsables de EDP, así como del consocio formado por Hitachi y el grupo gijonés TSK, celebraron ayer el fin de las obras civiles de la primera planta de desnitrificación de España, construida en la central térmica de Aboño. A falta de una segunda fase de trabajos logísticos, la unidad se pondrá en funcionamiento a finales del mes de octubre.

Su construcción, muy novedosa en España y encargada por EDP al consorcio Hitachi-TSK, ha necesitado la inversión de más de 410.000 horas-hombre, así como la utilización de más de 3.000 toneladas de materiales para poner en pie la planta. Asimismo, requirieron el servicio de las mayores grúas de Asturias, con una capacidad de 70 toneladas a 110 metros de altura y un radio de 80 metros.

Según explica EDP, desde el inicio de las obras más de 140 empresas diferentes, "en su gran parte asturianas", han tomado parte en algunos de los trabajos, así como casi 300 personas, además del equipo de la propia central térmica, están trabajando en el proyecto. La planta de desnitrifación de Aboño cuenta con más de 13.100 metros cuadrados de aislamiento térmico.

Desde las empresas que han participado en el proyecto recalcan "la buena marcha de las obras" dado que "pese a su complejidad y el elevado número de personas que han participado, han concluido sin accidentes graves". EDP tiene previsto construir una planta similar en su central térmica de Soto de Ribera. La puesta en marcha de estas instalaciones pioneras en España ampliará la vida de las centrales térmicas, al menos, hasta diciembre de 2030. La empresa energética está invirtiendo 90 millones de euros para la construcción de desnitrificadoras, y sumará así más de 200 millones de euros invertidos en la última década en mejoras ambientales de sus centrales asturianas.