Dámaso Colunga Alonso, nacido en Gijón en 1962, es leo en el horóscopo y como todos los portadores de ese signo zodiacal tiene madera de líder. Gran aficionado al balonmano, estudió en el Corazón de María, donde cursan actualmente sus tres hijos. Desde mayo de 2014 ostenta el mando máximo del Cuerpo Superior de la Policía Nacional en Gijón.
-¿De pequeño, jugaba a ser el sheriff?
-De vez en cuando, no siempre. Estudié en el Codema y allí jugaba más al balonmano.
-¿Que le impulsó a ser policía?
-Mi abuelo, Santiago Alonso, fue Comisario Jefe de Gijón.
-Hay poli bueno y poli malo. ¿Usted cuál es?
-Me ha tocado hacer de todo; bueno fuera de la Comisaría y malo dentro.
-¿Ha pasado miedo alguna vez?
-Sí, pero es algo que no te enteras; el miedo se pasa después, cuando piensas en lo que acabas de vivir. El miedo es bueno tenerlo si sabes afrontarlo.
-¿El primer mandamiento de un policía jefe?
-Tratar a todos por igual, hombres o mujeres. Ellas suponen hoy el veinte por ciento de la plantilla y funcionan muy bien.
-¿Actualmente quienes son los malos?
-Todos aquellos que no nos dejan vivir en paz, que perturban nuestra convivencia y libertad.
-¿Y los malísimos?
-Los radicales, los que matan o maltratan a las mujeres. Desdichadamente este año ha subido la violencia de género en Gijón. Y nos preocupa el acoso escolar que se está dando entre menores, así como el maltrato psicológico.
-¿Ha fumado un porro?
- Sí, de joven, me mareé muchísimo y no volví a hacerlo.
-¿Y se le ha atascado el gatillo con riesgo de su vida?
-Las pistolas, a veces, no funcionan como debieran. Pero en esos casos, como solía llevar dos, la cambiaba y asunto resuelto.
-¿Ha disparado mucho?
- Sí, pero sólo en la galería de tiro, nunca contra personas. Tampoco han disparado contra mí, con bala, quiero decir.
-¿Qué le saca de quicio?
-La incompetencia, los que presumen de capacidad y eficacia y a la hora de la verdad no valen para nada, son aguarones.
-¿Refugiados, si o no?
-Sí, sin duda, pero con un control riguroso. Ante todo tienen que prevalecer los derechos humanos.
-¿Gijón es una ciudad complicada, de mucho trabajo?
-En este momento somos la décima comisaria más grande de España. Nuestro trabajo lleva aparejado el control de la población, que asciende a algo más de 275.000 personas.
-¿Un musulmán se ha convertido en un bulto sospechoso?
-No, en absoluto, es una persona como cualquiera de nosotros, pero con otras creencias. Mientras se adapten no hay problema.
-¿Quién es su enemigo público?
-No tengo ninguno, al menos declarado.
-¿Con qué se emociona?
-Con muchas cosas. Con una buena música, un buen libro, con una persona sincera, y sobre todo ante la necesidad.
-¿Alguna vez le ha salido el tiro por la culata?
- Sí, y he tenido que resolverlo rápidamente para salir airoso. Luego volví a intentarlo.
-¿Toros, sí o no?
-Sí. Me gustan, suelo ir a la Feria de Begoña. Incluso cuando puedo acudo a ver el sorteo.
-¿Rajoy, sí o no?
-Es el presidente del Gobierno, en funciones, por lo tanto mi máximo jefe, y no puedo decir más. El nombre es lo de menos; sea quien sea siempre estaré a sus órdenes.
-¿Usted, a qué juega?
-Al pádel, nado? Antes me gustaba mucho la hípica. Hago ejercicio en casa, ya que aquí tenemos un pequeño gimnasio. Y cuando puedo paseo.
- ¿Vestido de paisano ha tenido que intervenir como policía?
-Pocas veces, pero sí.
-¿Las mujeres somos más buenas?
-Algo menos, pero una mala mujer es peor que el peor de los hombres.
-Dígame una que no sea, que esté muy buena.
-Por temor a mi mujer no diré ninguna. Siempre he sido bastante formal, lo que no quita que me gusten mucho las mujeres.
-¿Su plato preferido para hoy, día de Begoña?
- Fabada, aunque haga calor. Acompañada de arroz con leche y una copa de buen vino.
