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El "desengaño" del coronel Pinilla

Se cumplen mañana 80 años del fin de los combates entre las milicias republicanas y tropas del Regimiento de Infantería de Montaña "Simancas" número 40, cuyo jefe había solicitado antes del alzamiento destino en Madrid

Antonio Pinilla Alonso, ayer, en LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. JUAN PLAZA

El 21 de agosto de 1936 (mañana se cumplirán 80 años) acabaron los combates que durante el primer mes de la Guerra Civil habían tenido como referencia el antiguo cuartel de Alfonso XIII (en El Coto) y el antiguo colegio de la Compañía de Jesús (en Ceares), ocupados ambos por tropas del Ejército español alzadas contra el Gobierno frentepopulista de la Segunda República.

A las ocho de la tarde de hoy, en la iglesia parroquial de la Inmaculada, se celebrará una misa en la que se recordará, como todos los años, a los uniformados que murieron allí y a la que asistirá, por primera vez, Antonio Pinilla Alonso, nieto de Antonio Pinilla Barceló, que era el coronel-jefe de las tropas que se unieron al alzamiento en Gijón.

El nieto del coronel Antonio Pinilla Barceló es militar retirado, coronel del Arma de Ingenieros, y un hijo, Antonio Pinilla Barón, es teniente-coronel del Cuerpo de Intendencia de la Armada. En su casa de Madrid, Antonio Pinilla Alonso conserva una extensa documentación sobre su abuelo, parte de la cual trajo a Gijón.

Entre los papeles destaca una carta, fechada el 27 de junio de 1936, en la que el coronel Antonio Pinilla Barceló solicitaba otro destino. De haberse atendido con prontitud su petición, posiblemente no hubiera sido el oficial al mando de las tropas alzadas en Gijón como coronel del Regimiento de Infantería de Montaña "Simancas" número 40 y entonces la máxima autoridad militar de la plaza.

Por una orden circular del 4 de octubre de 1935, publicada en el "Diario Oficial" número 230 y firmada por Gil Robles (José María Gil-Robles y Quiñones de León, entonces ministro de la Guerra en el gabinete de Alejandro Lerroux), se trasladaba al coronel Antonio Pinilla Barceló desde el Regimiento de Infantería "Zaragoza" número 12 al de Infantería de Montaña "Simancas" número 40 (que había sido creado en agosto de 1935).

El "Simancas" era parte de los refuerzos que el Gobierno central había despachado a Asturias tras la revolución obrera de 1934. En enero de 1932, la Compañía de Jesús se había visto obligada a abandonar su colegio, situado en Ceares, tras la disolución de la orden religiosa en España por orden del Gobierno de la Segunda República. Fue en ese inmueble donde se habilitó el cuartel del Regimiento "Simancas".

"Me destinaron primeramente al Regimiento Zaragoza de Lugo y allí, sin contar conmigo, me trajeron aquí a organizar este regimiento sin dinero, sin material y con unidades de diez regimientos diferentes", relató el coronel Antonio Pinilla Barceló a sus superiores. Por ello, en su carta se lamentaba el militar de que "yo solo se los trabajos y los disgustos que he pasado (...) Ostensible desengaño, no tengo fuerza moral para continuar al frente de este regimiento" y solcitaba, por tanto, quedar en situación de "disponible y a ser posible en Madrid".

En abril de 1936, en la plaza Mayor, el coronel Antonio Pinilla Barceló había recibido la bandera del Regimiento de Infantería de Montaña "Simancas" número 40, a las pocas semanas (en febrero) de que la candidatura frentepopulista ganara las elecciones generales en España. Residía entonces el militar, con su esposa, Josefa Soliveres Vilar, y dos de sus tres hijos (Rafael y Luis), en el inmueble número 103 de la calle de Cabrales, que finaliza, precisamente, frente al colegio de la Inmaculada Concepción. Nacido en Valencia en 1876, había ingresado en la Academia de Infantería en 1894. Luego, ya como oficial, participó en la guerra de Filipinas y en varias campañas en el Protectorado Español de Marruecos, donde el 17 de julio de 1936 se inició la sublevación militar que derivó en la Guerra Civil. Ese mismo día, en Gijón, Antonio Pinilla Barceló se había reunido con el coronel Antonio Aranda, gobernador militar de Oviedo, para preparar el alzamiento en Asturias.

De su domicilio de la calle de Cabrales, relata su nieto, salió Antonio Pinilla Barceló para el cuartel del Regimiento "Simancas" el 18 de julio de 1936. Nunca más volvió. Murió durante el último asalto de las milicias republicanas al antiguo colegio de los jesuitas, en la tarde del 21 de agosto de 1936, tras fracasar, el lunes 20 de julio, el intento de las tropas al mando de Antonio Pinilla Barceló de declarar en Gijón el estado de guerra.

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