Los hosteleros del "Barrio de la sidra", agrupación que aglutina a siete establecimientos de Pumarín y El Llano y que se encargó de la celebración de la romería urbana que ocupó los terrenos liberados de las vías conocidos como el "solarón", no hacen buen balance económico de la cita, organizada con ocasión del 25.º aniversario del Festival de la Sidra Natural de Gijón. "Con todo el lío que se formó con lo de los ruidos, nos ha ido fatal. La música no se oía en la carpa y eso hizo que la gente no consumiese", explica Eduardo Juanes, representante del "Barrio de la sidra".

Ellos corrieron con los gastos de los cuatro días de fiesta en los Jardines del Tren de la Libertad, como se llama oficialmente el "solarón". Las quejas vecinales tras la actuación de la orquesta del jueves hicieron que tuvieran que bajar el volumen en los días sucesivos. "La fiesta gustó mucho, enfocada para todos los públicos. Todo hecho a capricho y para el bien de todos. Pero si luego te cortan el rollo por otro lado? Teníamos un contrato firmado con el Ayuntamiento por el que estábamos eximidos de los límites de ruido de la ordenanza municipal, como ocurre con todas estas fiestas. Tuvimos que bajar el volumen porque nos lo pidieron y por el lío que se montó, pero no porque legalmente tuviéramos que hacerlo", aclara Juanes, que asegura que "la fiesta tenía un coste muy elevado, y mucha gente se acercaba pero como no se escuchaba bien, se iban". El hostelero incide en que "si se metían en la carpa no oían nada; y esto se paga con lo que se gana en la barra". Juanes recalca que "el Ayuntamiento nos pidió hacer algo importante por las bodas de plata del Festival de la Sidra, pero cuatro vecinos terminan fastidiando a miles de gijoneses y visitantes". Aunque no dan cifras, los hosteleros del "Barrio de la sidra" aseguran haberse quedado muy lejos de las mil cajas de sidra que querían vender. "No creo ni que hagamos llegado a la mitad. Hemos perdido dinero de verdad. Y cuando digo 'de verdad', no son mil euros", asegura Juanes.

Tras esta experiencia, el "Barrio de la sidra" tiene dudas sobre si continuar colaborando con el Festival, donde ya estuvieron cuatro años, primero con "el chigrón" y ahora con la romería urbana. "Repetir en estas condiciones es inviable. Hay mucho que hablar para el año que viene. Llevamos cuatro perdiendo dinero en el Festival y éste ha sido el peor de todos", afirman.

Jesús Martínez Salvador, concejal de Festejos, también hizo ayer balance de la romería urbana, sin obviar la polémica por el ruido. "El parque del Tren de la Libertad es un emplazamiento más de la ciudad y creemos que reúne las condiciones para un evento como el que queríamos para el 25.º aniversario del Festival: traer una romería al centro. Y nos sigue pareciendo una ubicación óptima. Como nunca se había hecho nada allí, es fácil que pueda generar molestias, pero las horas de finalización fueron bastante prudentes. Rogamos un poco de comprensión a los vecinos porque trabajamos para que haya atractivos en la ciudad y que esa programación se reparta entre diferentes zonas" , manifestó el edil.

Los vecinos del centro que se quejaron y llegaron a crear una plataforma, aseguran por su parte que los ruidos se fueron reduciendo con el paso de los días. "El jueves fue terrorífico, el viernes bajaron la música y fue tolerable, el sábado empezaron bien pero a partir de las doce volvió a ser un estruendo, y el domingo fue lo más tolerable", afirman. La fiesta del "solarón" ha dejado resaca.