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El triunfo de una sidra de generaciones

Andrés Canal y José Luis Piñera, vencedores en el festival gijonés, destacan el toque "suave y de aromas limpios" que se empeñan en conseguir en sus llagares familiares

Andrés Canal, a la izquierda, y José Luis Piñera, ayer, escanciando unos culetes de su sidra en el Llagar Canal. JULIÁN RUS

"Lo importante de una buena sidra es que no tenga defectos y que guste a todo el mundo, y que una vez acabes de tomar un culín digas: 'gustome y quiero tomar otru'. Ése es el secreto". José Luis Piñera, de Sidra Piñera, hace unos años que tomó el relevo de Luis, su padre y su mentor en el llagar. El pasado domingo lograron el premio del "Elogio de Oro" 2016 en la Fiesta de la Sidra. Un galardón que reconoce la valoración del jurado. Ayer, en el Llagar Canal, en Lavandera, Piñera se juntó con Andrés Canal, que también tomó el relevo de su padre, Avelino, al frente de la sidra que resultó la vencedora del premio "Elogio del Público" 2016. Dos llagares gijoneses, ambos con 55 años de vida desde que se registraron, aunque la antigüedad de ambos alcanza más años con otras generaciones familiares, que consiguieron por primera vez un reconocimiento en Gijón. "Es un orgullo mayor ganar en casa y ante tanta gente", señala Canal.

Casi sin tiempo para saborear sus éxitos, ambos llagares trabajan ya en la nueva temporada, con los preparativos de la nueva cosecha, que aunque no sea año de manzana espera que sea de tamaño medio y de mucha calidad. Precisamente, ese apartado es uno de los que intentan premiar en sus labores de producción. "Pienso siempre más en producir más calidad que cantidad. Llega un momento que es complicado seguir creciendo", explica Canal, con un llagar con capacidad para 950.000 litros. En Deva, por su parte, Sidra Piñera elabora al año cerca de 450.000 litros.

El del domingo fue el primer éxito en Gijón en los tres lustros que llevan participando. Para Piñera es un gran año, porque en verano ganaron en Nava, un festival en el que ya habían quedado tercero en 2001. Mientras que Canal ya ha tenido más reconocimiento a nivel regional, como el triunfo en Villaviciosa en 2012 y los cinco de Nava (1984, 1999, 2000, 2003 y 2014).

La sidra está de moda. Ninguno de los dos llagareros lo dudan. Es una seña de identidad de la región y cuenta con un productores que se esfuerzan por promocionar el producto. Pero aún así ambos echan en falta una mayor ayuda por parte de las administraciones. "La sidra natural de escanciar es una bebida para producir aquí. Hay que invitar a la gente a que venga a probarla, y no sacarla fuera. Lo guapo es que el turismo disfrute de la sidra bien escanciada y atendida, e incluso que conozcan el llagar y cómo se produce", sostiene José Luis Piñera.

Cada sidra es un mundo. Y en cada generación gusta con unas características determinadas. Tanto José Luis como Andrés tuvieron algún pequeño "choque" con sus padres a la hora de ponerse de acuerdo sobre el estado óptimo de sus elaboraciones. "A mi padre le gustaba más la sidra fuerte, no como ahora, que gusta un toque más suave", explica un Andrés Canal que describe la bebida autóctona ideal como "una sidra con sus temas y matices, que no tenga ni olores ni sabores raros, y que sus aromas sean limpios tirando a afrutados".

En la misma línea, José Luis Piñera cuenta que el criterio de su padre suele ser diferente, aunque muchas veces, su experiencia, se sigue imponiendo. "A Gijón estaba emperrado en llevar una sidra que le gustaba, pero yo consideraba que otra era mejor. Al final llevamos la suya y ganamos", recuerda Piñera, que resalta sobre su sidra que "es suave, no como las antiguas más fuertes y ácidas, y se comporta bien en el vaso y es franca".

José Luis Piñera, a sus 39 años, lleva catorce en el negocio, los últimos al frente tras jubilarse su padre. Empezó con doce años limpiando toneles, y poco a poco se ha empapado del espíritu sidrero de su padre, abuelo, e incluso bisabuela, que fue la primera que trabajaba en un llagar que por aquel entonces, a principios del siglo pasado, aún no estaba registrado. Andrés Canal, a sus 54 años, lleva cuatro décadas trabajando, y los últimos trece, tras el fallecimiento de su padre, se ha puesto al frente de un negocio familiar, que también empezaron sus abuelos. Los premios que consiguieron en Gijón el pasado fin de semana esperan que sirva también para darles un impulso en el mercado. "Es como el vino, si una bodega que no tiene tanto renombre triunfa, pues luego se nota. Y aquí pasa lo mismo", explica Canal. Para Piñera incluso el éxito de Nava tuvo una enorme repercusión. "Me vino a comprar una persona de León que me dijo que siempre subía a Asturias a comprar sidra al que ganaba en Nava", concluye. Es lo que tienen los premios

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