Menos de 24 horas después de la falsa amenaza de bomba que el pasado martes obligó a desalojar la iglesia de San Pedro durante casi una hora y media la Policía Nacional detuvo ayer, a la una de la tarde, a un indigente de 39 años acusado de realizar la llamada que provocó el despliegue policial. Al hombre -un usuario habitual de los servicios sociales y asistenciales de la ciudad con antecedentes penales y cuya identidad responde a las iniciales V. L. R.-, se le considera autor de un delito de desórdenes públicos por el que podría hacer frente a una pena de hasta un año de cárcel.

El centro coordinador de emergencias del 112 de Asturias recibió la llamada de alerta en torno a las 18:13 horas del martes. En la comunicación el hombre advirtió de la colocación de un artefacto explosivo en una iglesia de la ciudad. Aseguró que había dejado en el templo una mochila en la que previamente había escondido un artefacto explosivo. "Han colocado una bomba en la iglesia de San Pedro en Gijón, están avisados, desalojen todo eso o volarán por los aires", aseguró el ahora detenido.

Desde un primer momento la Policía tuvo claro que tras el suceso se encontraba un ciudadano español. El comunicante no tenía acento extranjero. A pesar de que todo parecía indicar que se trataba de una falsa alarma la Policía se vio obligada a poner en marcha el protocolo de actuación en estos casos. Los agentes desalojaron la iglesia -en la que aún permanecían personas que habían asistido a un funeral celebrado a las cinco de la tarde-, y acordonaron la explanada situada frente al templo. "Tras una inspección minuciosa en la que los agentes estuvieron acompañados por el párroco, se pudo corroborar que se trataba de un aviso falso, por lo que a las siete y veinte se dio por finalizado el dispositivo de seguridad", explicaron ayer desde Comisaría.

La Brigada de Información puso en marcha un investigación para averiguar la identidad de la persona que había realizado la llamada desde un teléfono móvil. El acusado fue plenamente identificado horas después del suceso, el mismo martes por la tarde. El indigente, que carecía de domicilio fijo, fue localizado ayer por la tarde en la calle Mieres. En el momento del arresto el ahora procesado llevaba encima el teléfono con el que había realizado la llamada.

El artículo 561 del Código Penal recoge penas de entre los seis meses al año de cárcel o la imposición de una multa de entre los 12 y los 24 meses para aquellos que "con ánimo de atentar contra la paz pública afirmen falsamente la existencia de aparatos explosivos".

El ahora procesado tenía antecedentes penales por amenazas, robos con violencia, resistencia y falsedad documental. El hombre pasará a lo largo de la mañana de hoy a disposición del juez de guardia.