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"Leguineche es un maestro del género y Chaves Nogales es más un analista"

-¿Esa polítización de nuestros cronistas de guerra afectó también a los que contaron la primera conflagración mundial?

-Pese a que el país permaneció neutral , el conflicto se convirtió de hecho en un pulso entre lo sectores progresistas y conservadores. Así que también se cargaron de razones ideológicas por un lado y otro. Y en la Guerra Civil, periodistas como Chaves Novales, que trataban de ofrecer una visión equilibrada, acabaron marchándose.

-¿Quiénes han sido los mejores corresponsales de guerra españoles?

-Una figura destacada en el siglo XIX es la de Pedro Antonio de Alarcón, en el que está un poco el origen del género en España. Hace un periodismo de guerra muy cargado también de connotaciones culturales. Y está, como hemos recordado, el ejemplo de Peris Mencheta, un periodista importantísimo. En la Primera Guerra Mundial destacaría a Pérez de Ayala. Y me parece importante Juan Pujol, un tipo despreciable porque se convertiría en alguien muy siniestro durante la Guerra Civil española; como periodista de guerra escribe desde los frentes alemanes y lo hace con mucha soltura. Valle-Inclán es un cronista raro, como era él; añade singularidad al género. Y yo creo que José Díaz Fernández es también un buen cronista de guerra; sus informaciones de Marruecos son muy interesantes. De los que escribieron de la Guerra Civil, destacaría a Jesús Izcaray, que hace unas crónicas estupendas. Y el propio Eduardo Zamacois. En fin, hay muchos. También entre los actuales. Está incluso Luis María Ansón, que llegó a ganar un premio por unas crónicas de la guerra del Congo. Y Arturo Pérez Reverte. Entre los escritores, Juan Goytisolo, que escribió sobre Sarajevo y Chechenia.

-Se echan en faltan, entre los autores que analizan en "Testimonios del desastre", nombres tan descollantes, a mi juicio, como los de Chaves Nogales o Manu Leguineche...

-Sí, es cierto. Al libro le faltó tiempo para ser más completo. Leguineche es, claro, un maestro del periodismo de guerra. Y también Chaves Nogales, pero éste es más un analista: comenta sin pisar los frentes. El libro es un arranque para llamar la atención sobre un género un tanto invisible.

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