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JOSÉ RAMÓN GONZÁLEZ | Vicerrector de la Universidad de Valladolid y profesor

"El momento dorado de la crónica bélica en España fue durante la I Guerra Mundial"

"Con 'Testimonios del desastre' queremos recuperar y dar visibilidad a unos textos olvidados por la historia de la literatura"

José Ramón González.

Lleva años estudiando las crónicas de guerra que han firmado periodistas y escritores españoles. En el 2004 rescató, por ejemplo, las que redactó José Díaz Fernández para "El Noroeste" sobre la guerra de Marruecos. Ha coordinado un proyecto nacional sobre esta materia. José Ramón González es vicerrector de la Universidad de Valladolid, donde da clases de Literatura Española. Nacido en Ciudad de México en 1959, cuando tenía seis años de edad regresó con su familia a Gijón. Se siente asturiano. Tiene publicados algunos trabajos modélicos, como su imprescindible "Pensar por lo breve. Aforística española de entresiglos (1980-2012)". Su nombre está al frente de la nómina de estudiosos de "Testimonios del desastre. Periodistas y escritores en los campos de batalla", que acaba de publicar el sello gijonés Trea.

-¿Qué ofrece este libro?

-Es un intento de recuperar y dar visibilidad a un conjunto de textos olvidados por la historia de la literatura y de la comunicación. Son crónicas de guerra de escritores o reporteros que han estado cerca de los conflictos, a los que se les ha prestado poca atención.

-¿Qué diferencia a la crónica de guerra de otros géneros?

- Hay siempre una subjetividad: no se diferencia de otro tipo de crónicas en las que está presente el cronista. Es un tipo de escritura de urgencia, en circunstancias a veces muy difíciles, aunque hay textos redactados a miles de kilómetros de la guerra. Es un trabajo y un género condicionado por la circunstancias externas, incluida la censura.

-¿Qué supusieron la Guerra de Cuba o la Guerra Civil española para este género?

-La de Cuba, no mucho; hay realmente pocos cronistas de aquel conflicto, lo que es sorprendente, aunque en realidad duró poco, apenas tres meses. La historia del género empieza, en nuestro caso, con las guerras de Marruecos del XIX. Están las crónicas de Pedro Antonio de Alarcón, que publica como fascículos. Allí estuvo Núñez de Arce. Son los orígenes, que fuera de España se pueden fijar ya en las guerras napoleónicas. Un periodista notable fue Peris Mencheta, del que hablamos en el libro. Muy importante es la Guerra Civil, de la que dieron cuenta escritores y corresponsales. Uno y otro bando se preocuparon de que fuera así y propiciaron la publicación de esas crónicas. María Teresa León recopiló las de los republicanos, y los franquistas publicaron las que escribió (José María) Pemán. Pero yo creo que el género se consolida con la Primera Guerra Mundial.

-¿Por qué?

- Es el momento dorado de la crónica de guerra en España, aunque el país es neutral. Todos los periódicos envían corresponsales porque el conflicto interesa mucho a los lectores. Algunos son profesionales y otros, escritores de nombre: desde Ramón Pérez de Ayala a Valle-Inclán, pasando por Ricardo León, que era germanófilo, o Azorín y Ramiro de Maeztu.

-En el libro, Pablo Sapag reprocha a Hemingway que hizo un periodismo defectuoso sobre la Guerra Civil española...

-Lo comparto. En sus informaciones está siempre en un muy primer plano. Da la impresión de que esas crónicas son, en ocasiones, para la propia gloria de Hemingway. Está bien que haya cierto protagonismo del cronista, pero no por encima de los hechos. En cambio, Marta Gelhorn, que fue su pareja, hace una crónica más matizada y cuidadosa con los datos y los hechos. Hemingway ve la guerra como una aventura propia, personal.

-¿El mejor periodismo de guerra, y no me refiero sólo a los corresponsales españoles, se hizo en la guerra de Vietnam?

-Creo que sí, seguramente sí. Se hace un periodismo muy comprometido, de denuncia. Hasta entonces, y pasó luego con la guerra de Irak, todos los Gobiernos intentaban controlar a los periodistas. Fue un momento muy importante para el periodismo de guerra. Hubo un margen de independencia de los periodistas. Los medios de prensa acogieron distintas visiones críticas.

-Autores de "Testimonios del desastre" dicen que la última guerra de Irak, al contrario de lo que sucedió con la de Vietnam, no se contó bien...

-Y yo creo que es verdad, pero hay que pensar cómo fue la última guerra de Irak. Los periodistas tenían unas dificultades máximas para moverse por las zonas de conflicto. Fue, además, una guerra muy condicionada por el uso de medios electrónicos. Y no fue fácil, asimismo, que los periodistas tuvieran un margen de independencia. Es cuando se consolida el "periodista empotrado". Son informadores que, en realidad, van acompañando al ejército. Les da seguridad pero ven lo que los militares quieren.

-Y dicen que el gran defecto del periodismo español, no sólo del de guerra, es la "politización extrema".

-Es verdad que ha habido una politización clara, vinculada tal vez a los orígenes de nuestro periodismo. Hay una diferencia con ciertas escuelas del periodismo anglosajón, donde entra el examen de criterios contrapuestos.

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