Aquel año de 1933, en Gijón sería inaugurada en marzo la nueva iglesia de San Julián de Somió -toda una síntesis de las más singulares obras arquitectónicas asturianas- y en julio abrieron La Escalerona en la playa de San Lorenzo que, a partir de entonces, ya contaría con un alumbrado ornamental a lo largo de toda la avenida de Rufo Rendueles. El alcalde Gil Fernández Barcia y el arquitecto municipal José Avelino Díaz Fernández y Omaña ofrecieron a los invitados un lunch en "La Terraza" como celebración de la primera obra ejecutada por el nuevo arquitecto municipal que, por supuesto, él fue quien pagó a tocateja. La derechización del partido republicano de Melquíades Álvarez motivó la dimisión del prestigioso periodista republicano Antonio Oliveros como director de "El Noroeste". Y, tras dos meses de pruebas, Gijón contó con su primera emisora de radio a cuyas siglas "EAJ34" la típica socarronería gijonesa pronto dio su clarividente interpretación no exenta de jocosidad ante la grave crispación social que se padecía en nuestra ciudad.
Inauguración de la nueva iglesia de San Julián, en Somió
Durante dos años el vecindario de Somió a través de dos juntas -una de señoras y otra de caballeros- logró recaudar cien mil pesetas para iniciar las obras de sustitución del antiguo templo que ya no iba acorde con las necesidades de su entorno social, aunque el presupuesto final ascendió a 291.958,33 pesetas. El proyecto fue encargado al joven arquitecto Juan Manuel del Busto González quien en su "ópera prima" quiso hacer una síntesis de los más emblemáticos monumentos del arte asturiano, al recrearse con interpretaciones simbólicas de San Miguel de Lillo, Santa Cristina de Lena y Valdediós. Según el arquitecto Juan González Moriyón "en la iglesia de San Julián de Somió, realizada excepcionalmente en solitario, se logra una afortunada combinación en donde se mezclan ideas espaciales y volumétricas y ornamentales del primitivo arte asturiano". Las obras finalizaron en junio de 1932, aunque no pudo ser consagrada hasta el 19 de marzo de 1933.
Antonio Oliveros dimitió como director de "El Noroeste"
Al poco de haberse celebrado la tradicional "Verbena de la Prensa", con la elección como "miss" de la bella Olivia Ceñal, el honrado periodista Antonio José López-Oliveros -quien había sido el impulsor de la refundación en 1925, de la Asociación de la Prensa de Gijón que ya había sido constituida en 1910, con una directiva compuesta por José Valdés Prida, Armando Fernández Buelta, Agustín Arias Carreño, Ignacio Lavilla Nava y Eduardo Prieto Menéndez- no pudo más y tiró la toalla.
A pesar de su fidelidad a Melquíades Álvarez, Antonio Oliveros había criticado su derechización y tras ser vetado como candidato para las elecciones dimitió irrevocablemente como director de "El Noroeste" y marchó en tren para Madrid. Atrás dejaba una exitosa estela al haber logrado que "El Noroeste" -cuya Dirección había asumido en 1917 tras las presiones de Melquíades Álvarez y Rosario Acuña- fuese uno de los diarios con más prestigio de España y que un periódico de Gijón se leyese en toda Asturias. Durante su mandato como director de "El Noroeste" no solamente sufrió el acoso implacable de la patronal gijonesa y de las fuerzas conservadoras, sino también hasta del SOMA y de su líder Manuel Llaneza. Así, por ser auténticamente independiente finalizó su brillante carrera profesional siendo desacreditado tanto por las derechas, como por las izquierdas. La historia suele repetirse una y otra vez.
La disolución de las Cortes como solución a la crisis política
Ante la crisis de la II República, en septiembre de 1933, tras la destitución del masón Manuel Azaña como presidente del gobierno de España, por Niceto Alcalá-Zamora, Melquíades Álvarez declaró que: "He razonado ante el jefe del Estado el fracaso de la política de este gobierno, que no sólo se ha comprometido con sus desaciertos la riqueza y la vida económica del país, sino también de la República. No hay que atribuir el fracaso solamente a los socialistas, sino a todos los partidos que han colaborado en la obra del gobierno? El presidente de la República me ha preguntado qué solución era la que me parecía más conveniente. Yo le he dicho que la solución era la de proceder inmediatamente a la disolución de las Cortes y a la constitución de un gobierno que cuente con la confianza de la opinión y que realice una política contraria a la del gobierno caído. Es decir, de atracción para todas las personas, de respeto a todas las ideas, liberal y democrático".
Aquí aumentaba el número de huelgas y la paralización de las fábricas conformaban un escenario cada vez más conflictivo. Los obreros sin trabajo necesitaban mejorar su precaria situación, por lo que reivindicaban un subsidio mínimo de tres pesetas diarias, un litro de leche por cada hijo pequeño, ropas, luz, agua y excepción en el pago de alquileres de sus viviendas. El 25 de agosto presentaron al Partido Liberal Democrático que presidía Fermín Landeta, aunque su líder era Melquíades Álvarez -quien le había quitado el adjetivo de republicano a su antiguo partido reformista- y en noviembre se fundaría en Gijón la agrupación de la Falange Española.
Paquet entendía que ser falangista era como ser sacerdote
Aquel desalentador escenario social me lo describió así en el año de 1973, el inolvidable Julio Paquet Cangas: "Yo me eduqué como se educaba la gente en aquella época con una vida un poco ficticia. Creo honradamente que empecé a vivir en el año 1933 que fue cuando me afilié a Falange. En mí no pesó ni los colegios, ni la educación religiosa que recibí, ni nada. Lo que en mí marcó una directriz profunda fue el afiliarme a Falange y encontrarme con la doctrina de José Antonio. Ser falangista era, como antes se decía, ser sacerdote, que el orden imprimía carácter. Por lo menos en mí ha imprimido carácter y lo que yo he hecho, si hice algo bueno, se lo debe únicamente a la doctrina de José Antonio. En la Falange encontré una manera de ser y una manera de ver la cuestión social, que creo es lo único que cuenta en este mundo, adelantándose a todo lo que se piensa ahora sobre el problema. Lo que no debemos de olvidar es que la vida de la Falange fue muy rápida. No tuvo tiempo para más y dejó una teoría maravillosa. Una teoría que nosotros, los falangistas, no hemos sabido actualizarla. Y el sentido social debería haber evolucionado más. Hay cosas que se hacen ahora por beneficencia y no habría que hacerlas por beneficencia, sino por estricta justicia".
Las mujeres votaron por primera vez
El 19 de noviembre de 1933 se produjo un hito en la historia de la democracia española, ya que fueron las primeras elecciones legislativas en las que las mujeres pudieron votar gracias a Clara Campoamor, quien fue la principal impulsora del sufragio femenino en España. En Gijón el partido de Melquíades Álvarez logró la mayoría abrumadora de los votos, al acudir en coalición con la Confederación Española de Derechas Autónoma (CEDA), que en Asturias lideraba José María Fernández Ladreda. La desunión de las fuerzas de izquierdas motivó su derrota.
Inauguración de "Radio Gijón"
Tras dos meses de pruebas de la primera emisora radiofónica gijonesa EAJ34, la inauguraron el 9 de diciembre, con la emisión del "Himno de Riego" interpretado por la Banda de Música, bajo la dirección de Amalio López y una colaboración del escritor Emilio Robles Muñiz "Pachín de Melás", sobre "La espiritualidad de Gijón. La licencia radiofónica de doscientos vatios de potencia fue concedida a Ramón Mario Fernández González, propietario de "Radio Electra" y de cuya sociedad formaban también parte: José María Álvarez Fernández y Policarpo García Piñera. En las casas sus emisiones se escuchaban gracias a los receptores marca "Telefunken", cuyo alto precio era de 750 pesetas. Clarividente la sabiduría popular sobre "Radio Gijón", ya que sus siglas EAJ34 fueron jocosamente traducidas, dados los momentos que se estaban padeciendo, como: "Estamos Aquí Jodidos".
El 34 estaba ya a la vuelta de la esquina, claro.
