Después de un inicio del mes de septiembre marcado por el sol y el calor, con temperaturas cercanas a los 30 grados, la lluvia tomó el relevo a los días de verano en una jornada otoñal. La presencia del agua fue constante durante todo el día de ayer en la ciudad, junto con los paraguas y las chaquetas para abrigarse, como se aprecia en la imagen de unos viandantes en el puerto eeportivo. El aguacero provocó además que se suspendiesen las actividades previstas ayer en el programa de fiestas de Cimavilla.