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ROSA MARÍA LOBO | Artista, se despide este sábado de la música con un concierto en el Casino

"En el Festival de la OTI me acusaron de boicotear al Puma y por eso no gané"

"Asturias y su gente me dan vida; es diferente a todo, tenemos un corazón y una forma de querer especial, una energía de amor sanadora"

Rosa María Lobo, ayer, en Gijón. JULIÁN RUS

Lejos de tener pavor al amarillo como la mayoría de artistas, es su color favorito junto al marfil. A ella, tras 50 años de carrera profesional, le ha dado buena suerte sobre el escenario. Cantarina, coqueta, elegante, jovial, a sus 71 años mantiene el semblante juvenil y angelical de aquel tiempo en que conquistó al público. Algo queda de Maya en Rosa María Lobo (Boo, Aller, Asturias, 1945) que dirá adiós a los escenarios este sábado 17 a las 20 horas en la sala Acapulco del Casino de Asturias con un concierto colmado de gratitud y grandes éxitos, suyos y de amigos de los que ha disfrutado, temas nuevas.

-A veces se comete la imprudencia de preguntar qué fue de? por consiguiente, ¿qué es de Rosa María Lobo?

-Rosa María Lobo es, que ya es mucho y agradecida por la pregunta. Es una mujer nacida en la cuenca minera que lleva 50 años cantando y que se encontró en su vida con circunstancias de todo tipo, algunas muy difíciles. Aunque creo en el destino, también creo que trae con él las herramientas necesarias para afrontar esas circunstancias. Así fueron estos 71 años que tengo en los que he sobrevivido al cáncer y a un trasplante de hígado a consecuencia de una hepatitis. Y ahí sigue siendo y estando Rosa María.

-¿Ha sido la suya una vida de cal y arena?

-Pero he tenido cosas buenísimas en el mundo artístico desde que me marché de Asturias a Madrid, con veinte años, que sólo quiero hablar de lo bueno. Me fui arropada por mi padre, que sabía que valía para cantar porque tenía una voz privilegiada. Con este ligero equipaje me largué a Madrid.

-¿Ahí empezó todo?

-Acudía a las emisoras de radio con José Luis Pécker y Juan de Toro, que hacían programas para los que empezábamos a cantar y en los que han triunfado muchos, como Luis Gardey o María Ostiz. Y de pronto aparece la RCA.

-¿Qué le dijo la discográfica?

-Rosa Mari, nos interesas para grabar con nosotros. Era la mejor casa de discos que existía, y fue una oportunidad enorme.

-¿Cómo fue la llegada?

-Me encontré con Pedro Mario Herrero, uno de los mejores escritores de Asturias, director de cine y teatro, creador de obras preciosas como "Adiós cordera". Qué hombre tan sabio. Fue él quien me presentó a Atahualpa Yupanqui y me quedé maravillada. Lo estoy reviviendo como si fuera ahora. El primer disco que grabé con la RCA fue interpretando a Yupanqui. En la presentación también estuvo mi querido Luis Eduardo Aute, que seguro remontará a la vida y volverá regenerado.

-¿Yupanqui fue su gran inspiración?

-Era maravilloso y decía que yo era su mejor intérprete. Venía mucho a verme a cantar al "Rincón del tango", un restaurante donde cantábamos Alberto Cortez, Betty Misiego, los que íbamos despuntando. Venía y luego me invitaba al restaurante "La estrella" a comer manitas de cerdo, le encantaban. Era un poeta maravilloso, por su modo de entender la vida alucinaba al escucharle. Conocí personajes como Waldo de los Ríos, Carlos Montero, Manuel Martín Ferrán, Rafael Trabuque, Mauro Muñiz. Lo máximo. También distintas casas de discos.

-¿Cómo fue su época en Zafiro?

-Siempre grabé y canté lo que quise, nunca tuve un solo impedimento. En 1979, con Pablo Herrero y José Luis Armenteros, dos de los grandes, y José Luis Moreno Recuero, llegó "Viviré", grabado bajo la dirección de Juan Carlos Calderón. Con "Viviré" representé a España en el Festival de la OTI en diciembre de 1979 en Caracas.

-¿Allí hubo mano negra?

-Era una canción para ganar. La dirección de la OTI decidió que todos los países hiciéramos los coros a José Luis Rodríguez "El Puma". En el descanso de los ensayos, varios compañeros comentaron que no les parecía ético. Veníamos a representar a nuestros países y no podíamos ponernos a hacer los coros y decidimos no hacerlo. Subí al escenario, en el último ensayo de "Viviré", con Eduardo Leiva de director de orquesta, y todo salió perfecto. Entonces me dicen, Rosa María no baje que vamos a ensayar los coros. Me tocó decirlo a mí y la prensa estaba abajo y al día siguiente titularon "La cantante española intenta boicotear al Puma". Todo eso le quitó puntos a "Viviré", no la votaron ni Venezuela ni ningún país andino. Ni un solo voto y quedamos en cuarto lugar.

-¿Queda algo de Maya?

-La capacidad para percibir la música y la poesía, esa esencia se distinguió con el nombre de Maya con todo lo que aparecía y procesaba. Maya es la misma que Rosa María Lobo porque la esencia ha perdurado.

-¿Mantiene el alma de gaviota?

-El de la gaviota de Juan Salvador Gaviota. Es lo mejor que he cantado porque ha calado en el corazón de muchas personas. He sobrevivido a la vida y me he encontrado personas que me han tendido su mano y su cariño. Elsa Baeza, Helena Bianco, Víctor Manuel, muchos me hicieron un homenaje en Benidorm y me pegaron un tirón, un amor sanador. También Pipo Prendes, Jerónimo Granda...

-¿Benidorm fue segunda casa?

-El festival era buenísimo. Fui en 1968 con "La tarde", canción de José Luis Portolés sobre la muerte de un torero. Bonita pero no para ganar. En los ensayos ya vi que Julio Iglesias, con "La vida sigue igual", a pesar de ser su primera vez y estar nerviosito, tenía la creencia de que iba a ganar y ganó. Nunca pensé en ganar pero al llegar las votaciones iba la primera y la de Julio la segunda. La última en votar era Asturias y le dieron los diez votos a Julio, acertada y merecidamente, que me adelantó.

-¿Qué hay en ese disco de sus 50 años?

-Canciones de todo tipo, "Alma de bolero", de Víctor Manuel; "Hablame del mar marinero", de mis favoritas. Temas nuevos dedicados a la paz, con ritmo salsero, canciones de Gustavo Arias. Hay de todo. Incluso un tiempo "ad libitum" sin orquesta que canto y hablo. O me acuerdo de Cecilia y canto por ella, o recuerdo una anécdota de Mari Trini o de Joan Baptista Humet. De todos mis compañeros. Espero que todo salga bien. Es una despedida, pero también un agradecimiento.

-De tantos de los que ha hablado, ¿podría elegir a uno?

-Ni aproximarme. A cada compañero que admiro lo hago por diferentes rasgos. Ahora escucho canciones de antes y, Dios de mi vida, no sabía que cantaba tan bien.

-Cánteme de Asturias

-Asturias y su gente me da vida. Es diferente a todo, tenemos un corazón y una forma de querer especial, una energía de amor sanadora y eso me cala muy hondo. Me siento minera y eso es algo único. Siempre me han aupado, animado. Cada recibimiento que me dieron fue lo máximo y con mucho cariño.

-Mucho cariño, pero los diez puntos se los dieron a Julito Iglesias.

-(Risas). En el Palacio de las Naciones en Barcelona, quedé segunda con "De pronto tú". Julio me ganó con "Wendoline" para ir a Eurovisión. Me decía que le traía suerte.

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