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VÍCTOR MANUEL CEDRÓN CASTAÑO | Nuevo rector de la basílica del Sagrado Corazón

"Me gustaría que la música, el arte y la cultura tengan su espacio en la basílica"

"He tenido un recibimiento muy caluroso; lo primero que se percibe al llegar es la unión afectiva que muchas personas tienen con este templo"

Víctor Cedrón, ayer, en la residencia de la basílica del Sagrado Corazón. JULIÁN RUS

A sus 44 años, y tras pasar por las parroquias de Pola de Siero y Pola de Laviana, trabajar junto al obispo Carlos Osoro y estudiar en Roma, Víctor Cedrón afronta ahora una nueva etapa como rector de la basílica del Sagrado Corazón. Entre los ocho años y los dieciséis estudió en la Escolanía de Covadonga, y tras un paso por el Seminario de Oviedo, se ordenó sacerdote en 1998. Ahora sustituye a Álvaro Iglesias al frente de la Iglesiona y con el objetivo de abrir el templo también a la cultura y al arte.

-¿Cuándo despierta su vocación religiosa?

-Mi vocación surge de una forma muy natural. Estudié en la Escolanía de Covadonga hasta los catorce años. Siempre viví en un ambiente muy religioso en aquel lugar y me llamó mucho la atención las personas y los curas que vi por allí. Era gente muy preparada, dinámica y su ejemplo me sirvió para despertar mi vocación.

-¿Cómo le marcó su pasó por Covadonga?

-Lo recuerdo como uno de los periodos más felices de mi vida. Era un lugar especialísimo, con una vida muy singular para niños tan pequeños, pero de una forma tranquila se iba ayudando a crecer a las personas en todos los sentidos: humano, religioso y musical. De hecho casi todos mis amigos ahora son músicos y pensé en dedicarme a ello antes de entrar en el seminario. Tocaba el violín y hacía solfeo, como todos. Pero el violín era lo que me gustaba.

-¿Le gustaría que la música y los coros tuviesen un protagonismo especial en la basílica del Sagrado Corazón?

-La música sacra ya es una tradición aquí, de hecho de forma periódica se organizan aquí conciertos. Y querría continuar esa tradición y ver si existen otras posibilidades. Pero me gustaría abrir la basílica no sólo a la música sino también al arte, que el mundo de la cultura y el arte tengan algún tipo espacio.

-¿Cómo se podría llevar a cabo?

-Lo primero es conocer este mundo en Gijón y después, a través del salón de conferencias, ver si existe alguna posibilidad de que se lleven a cabo actividades. Me gustaría que hubiera alguna parte de arte religioso contemporáneo, pero es un arte muy difícil de encontrar en Asturias.

-¿Qué supone para usted ser el nuevo rector de la Iglesiona?

-En el plano del trabajo, para mí supone continuar la vocación. Llevo 18 años de vida sacerdotal y he estado en destinos plurales. Esto supone añadir otra cosa distinta y como trabajo es cumplir con mi deber de servir a la iglesia diocesana a la que me destinan. Y en los personal supone una responsabilidad grande estar en una ciudad como Gijón y un lugar tan emblemático como la basílica.

-Estuvo en las parroquias de Pola de Siero y Pola de Laviana, trabajó junto al obispo Carlos Osoro, ha estudiado en Roma? ¿Es su mayor reto ponerse al frente de uno de los templos de referencia Gijón?

-Lo primero es que tengo que ir conociendo el desarrollo normal de la basílica y después ver qué cosas se pueden seguir potenciando o introducir cosas nuevas. No sé si supone más responsabilidad o no. En lo personal sí y además supone una ilusión importante.

-¿Cómo han sido sus primeros días en Gijón? ¿Ha notado la cercanía con los feligreses?

-He tenido un recibimiento muy caluroso. Lo primero que se percibe es la unión afectiva que muchas personas tienen con este templo. Hay mucha gente disponible para estar al lado de lo que supone mover el día a día y la vida de esta basílica.

-¿Cómo se puede acercar la Iglesia a los gijoneses?

-Es cierto que se percibe un alejamiento práctico de un sector de la sociedad, pero no en el apartado afectivo, porque muchas personas reconocen la tarea de la Iglesia. Y esa cercanía también se manifiesta en lo atenta que esta la sociedad en general a la figura y palabras del Papa.

-¿Ha sido muy importante la cercanía y los discursos del Pontífice para romper algunas barreras?

-El Papa es la envidia de cualquier personaje público porque en cualquiera de sus declaraciones, que son diarias y múltiples, da titulares. Es un perfecto comunicador para que la gente pueda entender de una forma traducida el mensaje de la Iglesia.

-¿Uno de los mayores retos es acercar a la juventud al día a día de la Iglesia?

-En la basílica, al no ser parroquia, la vida es algo distinta, tiene que ver más con un santuario. En lo poco que he visto aquí en las eucaristías es verdad que existe una medida de edad elevada, pero también he visto muchas familias con niños. Se ve un poco de todo, pero de una forma muy singular.

-Viene de la tranquilidad de Pola de Laviana a meterse en el bullicio de la gran ciudad como dijo en su primera misa el pasado domingo, pero para conseguir que la parroquia sea el "sosiego de nuestras vidas en medio de ese bullicio".

-Todos los santuarios lo que buscan es ofrecer ese espacio y la organización de unos tiempos que faciliten a la gente encontrarse consigo mismos y con Dios. Además es importante promover toda la religiosidad popular encauzándola para el crecimiento de las personas en cuanto a la dimensión cristiana se refiere.

-Uno de los emblemas del santuario son sus vidrieras.

-Las vidrieras ya están incluidas dentro de la máxima protección que ofrece el Principado para los bienes culturales. La basílica de Gijón no se puede abordar desde aspectos particulares, porque cualquier persona con una mínima formación entiende que es un producto global. Tiene una arquitectura, sostenida por una pintura, y con unos detalles más vistoso, que pueden ser las vidrieras. Pero no desvincularía ninguno de los elementos, porque forman un conjunto global proyectado que responde a la mentalidad de los jesuitas.

-Como amante del arte y la cultura, ¿qué tiene de especial esta basílica?

-Su arquitectura interior. Las vidrieras y las pinturas son muy vistosas, pero su arquitectura interior me parece fantástica. Y quizás ese sentido de unidad hace que se convierta en una obra completa, y eso no es fácil de encontrar. La basílica es una obra pura y completa que representa un periodo de la historia.

-¿Qué mensaje le gustaría trasladar a Gijón?

-Que la gente perciba que la basílica es un lugar abierto para poder encontrarse con Dios y un lugar de sosiego, y también abierta para la actividad pastoral.

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