Además de considerar escasa la incidencia sobre los vertidos al mar de las instalaciones de desarenado y desengrasado derruidas de la Plantona, el informe de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico destaca también la ineficiencia de las mismas en comparación con las instalaciones de ese tipo existentes en otras zonas de Asturias.

Sobre el desarenado, el informe señala que "puede calificarse como ridículo" el ratio que alcanzaba la instalación demolida, que era de 1,54 m3 de arena atrapada por cada millón de m3 de agua tratada. Se trata de una cifra notablemente alejada de los 4 m3 de arena "considerados como eficiencia mínima aceptable". En cuanto al desengrase, ninguna de las plantas de depuración que hay en Asturias tienen buenos ratios y "esta ineficiencia en los desengrases es especialmente significativa en las dos instalaciones de la ciudad de Gijón", la demolida en la Plantona que tenía un ratio 28 veces inferior al aceptable y la de La Reguerona, con un ratio 42 veces inferior al aceptable "lo que denota una deficiente explotación de estas instalaciones respecto al resto de las de Asturias", siendo las dos con peores cifras. Ambas instalaciones de saneamiento, construidas por el Estado, son gestionadas por la EMA.