Más de 20.000 recorrieron sus aulas y además de conocimientos académicos los estudiantes, internos y externos, de la Universidad Laboral desarrollaron también un sentimiento de pertenencia y gratitud. Es el caso de Jesús Merino Santos (Palencia, 1946), de la promoción de 1965, que el pasado 17 de junio asumió el cargo de presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos.
-Poco más de dos meses es pronto para hacer balance pero sí para delimitar objetivos. ¿Cuáles son?
-El primero es dar continuidad a la asociación y para asegurar esa continuidad debemos buscar un relevo en generaciones nuevas. Hay una situación peculiar pero perfectamente entendible entre antiguos alumnos hasta 1975 y los posteriores. Además de la edad, es evidente que en la primera fase vivíamos sociológicamente en otro contexto, en internado, con una organización muy estructurada mientras que la situación se fue abriendo a partir de 1975, más liberal. Por ello hay dos fases ahí no fácilmente conciliables. En cualquier caso, todos los alumnos que entraron a partir de los ochenta son tan antiguos alumnos como el resto. Tenemos el mismo valor de lo que se trata para dar continuidad es dar entrada de manera eficaz a las nuevas generaciones. El pasado 16 de septiembre se ratificó la nueva junta directiva y tenemos a dos componentes de las nuevas generaciones, para mayor garantía de futuro.
-En 2015 se llevó a cabo la exposición "Memoria" que repasaba la historia del centro. Precisamente, otro de sus objetivos es ampliarla y hacerla permanente. ¿En qué situación se encuentra esa medida?
-Tenemos elementos bastante interesantes que vienen de esa exposición, que tuvo una gran acogida, más todos aquellos que podemos y debemos acopiar, de todas las épocas, pueden constituir una gran exposición permanente. Y estamos dispuestos a lograrlo. Queremos una exposición que perdure y sería deseable que pudiéramos buscarle un espacio dentro de los accesos normales de las visitas guiadas a la Universidad Laboral.
-Comenta en su carta de presentación como director que será una difícil tarea. Incluso se entrevé como una labor imposible. ¿Por qué?
-No diría tanto imposibilidad como dificultad. Dificultad porque necesitamos el apoyo y el convencimiento de la institución que rige la Universidad Laboral y todos sus recursos. Hasta ahora hemos tenido una relación magnifica y hemos recibido de ellos extraordinarios apoyos para todo tipo de actos y encuentros. Pero esto es un plato fuerte y supondría disponer de un local amplio y dedicarnos con carácter exclusivo e indefinido no parece tarea fácil pero estamos dispuestos a emprenderla. Y si tenemos ayuda lo podremos lograr. Sería extraordinario y un elemento más a enriquecer todo lo que la Laboral Ciudad de la Cultura ofrece.
-¿Y apoyo municipal?
-La anterior junta ha mantenido relaciones de mucha colaboración y hemos recibido mucho apoyo. Seguiremos rogando su apoyo para que podamos desarrollar todos nuestros programas y ofrecerles todo lo que pueda reflejar la historia de la ciudad de la que ciertamente la Universidad Laboral forma una parte esencial.
-Planean un encuentro intergeneracional para 2018. ¿Ya han comenzado a trabajar?
-Queremos que se incluya a las nuevas generaciones también, con actividades organizadas y aportadas por ellos mismos. No importa la época, somos 'laborales', antiguos alumnos, y todos tenemos un recuerdo entrañable de aquel tiempo.
-¿Qué papel tiene su asociación ante la realidad que supone Laboral Ciudad de la Cultura?
-La Universidad Laboral fue una institución que existió y ahora tenemos una realidad nueva en un grandioso edificio, arquitectónica, artística y culturalmente. No podemos quedarnos en el ensalzamiento de lo que fue. Uno de los objetivos es acercar a todos los antiguos alumnos, todos, a la Laboral Ciudad de la Cultura y que conozcan las actividades de muy variado tipo que dan vida al centro. Acercarlos a esta realidad, a su conocimiento. Y en la medida en la que pudiéramos, modestamente, contribuir a engrandecer esa propia realidad. Es un activo extraordinario con el que cuenta la ciudad, algo de lo que Gijón puede sentirse orgulloso.
