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La zona rural eleva su indignación porque "tenemos los jabalíes a diez metros"

"Hasta que no pase una desgracia nadie reaccionará", lamentan los vecinos afectados, que ya ven a los animales salvajes "a diario, de día y de noche"

El agujero en la valla por el que entraron los jabalíes a su finca recientemente.

"Desde junio, día sí y día también pasan por delante de las viviendas los jabalíes. De día y de noche. Están a diez de metros de la puerta de casa. Es una situación de mucha inseguridad, parece que tendrá que suceder cualquier desgracia para que reaccionen". El testimonio es de Carmen Meana, vecina de Vega, en la carretera que sube hacia San Martín de Huerces. Pero su caso no es único. Bien lo podrían repetir infinidad de vecinos de diferentes parroquias de Gijón como Caldones, Castiello o Roces. La zona rural del concejo muestra su preocupación por la presencia continua de jabalíes en fincas y carreteras, también se queja de los destrozos ocasionados y pide que se tomen soluciones antes de que pueda ocurrir cualquier percance. La solución que llevan tiempo proponiendo, y en la que insisten ante la pasividad del Principado, pasaría por permitir las batidas en las zonas de seguridad para controlar una población que va en aumento.

Vega es una de las parroquias que ha alzado la voz y que exige soluciones. "Cruzan la carretera de forma continua, los vecinos los ven pasar, y en mi caso me vi enfrente hace unos días de uno que parecía un oso", cuenta Javier Polvorosa, otro de los vecinos afectados, antes de señalar los daños que le ocasionaron en su finca: "Vinieron un montón de veces y acabaron con todo el cultivo de maíz y destrozaron el cierre de la parcela".

Carmen Meana califica la situación como "insostenible" y explica que "hemos pasado de que hubiese jabalíes ocho veces al año a todos los días desde el pasado mes de junio". "Los destrozos son de todo tipo, en el prau, la huerta, o la valla de cierre, que es un malla metálica semirígida", relata antes de denunciar la pasividad de las administraciones para encontrar una solución: "Los animales no tienen la culpa. Pero ha habido un incremento, y si este año vienen cuatro a mi casa, el que viene vendrán diez. Di parte a la Consejería, vinieron a examinar el problema, pero todavía no he recibido una contestación. Se han evaluado los daños pero nada más".

Caldones es otra de las parroquias notablemente afectadas por los jabalíes. José Rimada, un vecino de toda la vida, recibió en su casa hace apenas dos noches la visita de varios animales. "Ya no son sólo los destrozos, sino también el peligro, porque cuando una jabalina viene con crías es mucho más peligrosa y puede atacar a alguien", resalta. A su juicio el problema se ha incrementado en los tres últimos años. "Caldones es zona de seguridad y no se puede cazar, y cuando hay una cacería por los alrededores salen del coto de caza y se vienen para acá. En mi huerta todavía estuvieron la última noche (la del jueves)", indica.

Muchos vecinos, como Julio García, decidieron reforzar sus cierres para evitar que entrasen, una medida que al final tuvo escaso efecto. "A mí me entraron dos veces por zonas casi imposibles en la última semana. En mi caso estropearon 100 metros cuadrados de césped, pero a otra gente le destrozan sus cosechas", cuenta.

En Gijón, hasta el momento la preocupación se centra en la zona rural. No se llega al extremo de Oviedo, donde ya se han visto jabalíes en la zona centro. Aunque en Roces ya ha sido vista una familia de jabalíes en las inmediaciones de los campos de fútbol de la federación y el antiguo matadero, a un paso del barrio de Nuevo Roces.

Los ataques también han perjudicado a otras instalaciones, como es el caso del Club de Golf de Castiello en Castiello de Bernueces. "Cada vez que entran el personal tiene que trabajar tres días para recuperar el césped. Aunque la mayor preocupación comienza a partir de ahora, con el fruto que dan las pumaradas y la presencia de castañas, que hacen que vengan en busca de comida", indica Antonio Mortera, presidente de la entidad. Por suerte, en su caso, los destrozos ocasionados no son muy cuantiosos ya que no acceden a la zona del "green". "Al estar tratados químicamente no se acercan, pero los destrozos los ocasionan hasta el límite. Si llegasen al 'green' su reparación se situaría entre 30.000 y 40.000 euros", comenta Mortera.

Además del aumento de la población de jabalíes, entre las causas de su presencia cada vez más cercana a las casas están la búsqueda de refugio en las zonas de seguridad periurbanas cuando el jabalí está a la fuga de los cotos de caza, la búsqueda de comida, y también, como en el caso de Castiello, la búsqueda de una superficie más asequible. "Ya lo analizamos junto al Seprona. Al estar secos los montes buscan una superficie como la nuestra, que está regada y blanda", resalta el presidente del Club de Golf Castiello, uno de los muchos afectados por la presencia de los jabalíes en espacios habitados de la zona rural gijonesa.

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