En septiembre de 1937, la República tenía perdida la guerra en el Norte de España, tras la rendición del ejército nacionalista vasco a las tropas italianas aliadas del bando nacional en Santoña. El 21 de octubre Gijón cayó en poder de los nacionales, pero casi un mes antes, el 23 de septiembre, desde el puerto de El Musel, en barco, salieron para la URSS, evacuados, 1.100 niños y niñas, con sus maestros y educadores. Muchos jamás volvieron a pisar tierra asturiana.

Desde hace años, en el paseo de la playa de El Arbeyal, se levanta un monumento, obra de Vicente Moreira, que recuerda dicha evacuación. Ayer, como en años anteriores, la Asociación Lázaro Cárdenas (lleva el nombre del presidente de México que acogió en su país a miles de refugiados republicanos) organizó un acto de recuerdo de los niños y niñas de la guerra evacuados desde el puerto exterior.

José Manuel García Villar, presidente de la Asociación Lázaro Cárdenas, centró su intervención en recordar lo ocurrido en España durante la Guerra Civil y a "los pueblos que fueron solidarios", frente "a los malos gobiernos de hoy", en una Europa que ahora recibe a miles de refugiados con "vallas, concertinas, alambre de espino, cargas policiales y campos de concentración".