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La Mina de La Camocha quiere salir del pozo

Una propuesta para la reapertura de la histórica explotación de los hermanos Felgueroso y que todavía alberga importantes reservas de carbón

La Mina de La Camocha quiere salir del pozo

El día 6 de abril de 1930, en el diario La Prensa, de Gijón, el ingeniero Ignacio Patac publicaba un artículo con el título "Gijón, cuenca carbonífera". Decía entonces: "La riqueza más positiva y más importante de Asturias constitúyela, sin duda alguna, el carbón. Pero los asturianos todavía no nos hemos percatado bien de esta sencilla verdad. Solamente Jovellanos, con su clara intuición con su cerebro privilegiado, en una época en que no podía ser sospechada siquiera la importancia extraordinaria que iba a tener bien pronto la explotación del carbón en el mundo civilizado, se dio cuenta, a finales del siglo XVIII de la riqueza de estos yacimientos. Y comprendió además que para explotarlos era necesario hacer buenos mineros y buenos pilotos; los primeros para arrancar con arte la sustancia útil de las entrañas de la tierra, y los segundos para transportarla en sus navíos por todo el litoral español y aun para llevarla a otros continentes".

"(...) De este magnífico pensamiento de Jovellanos, en cuya realización puso sus mejores cuidados, sus más hondos cariños, no queda nada en pie. Ha transcurrido cerca de siglo y medio desde que el gran gijonés señaló esta ruta luminosa para explotar nuestra riqueza, y enterrada definitivamente la obra del insigne patricio, los establecimientos oficiales de hoy siguen extendiendo principalmente títulos de abogados y bachilleres con una constancia y una prodigalidad dignas de mejor causa, con planes de enseñanza continuamente modificados, eternamente deficientes y muchas veces absurdos".

En abril de 1932, el ingeniero Ignacio Patac publica una serie de artículos sobre la necesidad de implantar en Gijón una escuela de minas, siguiendo el plan que trazó Jovellanos. Se refiere a la magnífica "Oración Inaugural" de Jovellanos, el día 7 de enero de 1794, en el Instituto de Náutica y Mineralogía. Un discurso modelo de buen decir, profundidad de pensamiento y claridad didáctica, en el que exhorta a sus paisanos a que se decidan a cultivar sus riquezas naturales y se abstengan de ir a buscarlas al otro lado de los mares. Jovellanos terminó su insuperable discurso profetizando los días venturosos, de prosperidad y bienestar que la explotación del carbón proporcionaría a los asturianos. Y dice que cuando sus cenizas "que no reposarán lejos de vosotros" (...)

"Os predicarán desde su sepulcro que estudiéis continuamente la naturaleza, que sólo busquéis en ella las verdades útiles y que consagréis toda vuestra aplicación, toda vuestra sabiduría, todo vuestro celo al bien de la patria y al consuelo del género humano."

"Pero el eco de tan elocuentes palabras - dice Patac - la armoniosa vibración de tan firme y equilibrado pensamiento, bien pronto fueron apagadas". Pero prendieron, un siglo después, en el corazón de cada uno de los hermanos Felgueroso.

El 10 de abril de 1932 se celebra un banquete de más de 800 comensales, en "Los Campos Eliseos", de Gijón, en homenaje a los hermanos Felgueroso. Al final de la comida, el hermano más joven, Secundino, agradeció las atenciones tenidas con ellos, en un discurso que es un resumen de su intervención en las labores de La Camocha:

"La inmensa satisfacción que nos ha producido el descubrimiento de la cuenca carbonífera del concejo de Gijón nos compensa de los grandes sacrificios realizados. Por si fuera poco aún, el acuerdo del Ayuntamiento de Gijón de nombrarnos hijos adoptivos de esta gran población nos colma de honor. Y ahora, como remate para obligarnos a nuestra gratitud, este banquete es premio superior a nuestros merecimientos y nos sirve de estímulo para proseguir la obra emprendida con la misma intensidad que hasta el presente. Nos consideramos orgullosos de ser hijos del pueblo, de un pueblo tan laborioso y trabajador como el de Langreo, que es noble y practica la gratitud. Nosotros, que hemos practicado intensamente las labores hulleras, observamos que la formación de las capas carboníferas de Langreo se extendía hacia el Norte. Así como en las cuencas extranjeras ocurría lo propio, creímos que la de Gijón sería una continuación de la de Langreo. Sin otras sugerencias que nuestras modestas observaciones, sin que nadie nos insinuase esa extensión, solicitamos la concesión de varias pertenencias en el concejo de Gijón, y al hacerse ello público, fue objeto de grandes comentarios, entre ellos algunos poco piadosos, que dejaban en entredicho nuestra fama de mineros. Sin detenernos, por medio de las cartas de Schultz, fijamos el emplazamiento de los sondeos, primeramente en Huerces, sitio estratégico bajo el punto de vista geológico, y consultamos con el eminente geólogo don Lucas Mallada, que nos confirmó nuestras suposiciones. En 1901 comenzaron los trabajos y se cortó una capa de carbón riquísimo que evidenció la extensión de la cuenca carbonífera langreana hasta este concejo Nos hallamos ante una cuenca minera capaz de transformar la vida económica regional".

Terminó el homenaje, pero no terminaron sus dificultades. A partir de esa fecha, siguieron los obstáculos administrativos y la interrupción por la Guerra Incivil. Una gesta que ya relatamos y que el ingeniero José Luis Areces propone continuar, volviendo a poner la Mina de La Camocha en funcionamiento, explotando la riqueza del subsuelo, como decía Jovellanos..... y dando empleo a 600 personas, según sus cálculos. La mina de La Camocha creó riqueza y miles de puestos de trabajo. Su carbón fue una fuente de energía, necesario para que los trenes y los barcos funcionasen. La mina sigue viva, con miles de toneladas, que están esperando que los seres humanos, con sistemas de extracción adecuados, sigan sacando su tesoro negro.

Hace ahora dos años, José Luis Areces Sánchez publicó su libro "Mina de La Camocha-La historia de una mina", donde hace un estudio profundo sobre el pasado y el presente de la cuenca carbonífera gijonesa. En la presentación del libro, el autor me pidió que dijese algo y escribí:

-"A pesar de estar cerrada,

La Camocha no se ha muerto

La historia de su pasado

Permanece en el recuerdo".

El pasado 5 de septiembre, en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, en una mesa redonda sobre el futuro de La Camocha, se plantea la posibilidad de abrir y explotar la mina. Preguntado Pepe Areces, como geólogo, sobre esa posibilidad, respondió: "Tengo los suficientes datos y conocimientos del yacimiento para saber que es viable la explotación".

Al ser cuestionado por los posibles problemas y obstáculos con las centrales sindicales, contestó quitándole importancia. Que es cuestión de "negociación previa sindical. Ante la dificultad de encontrar a alguien interesado en arriesgarse dijo que "al empresario hay que decirle toda la verdad de lo que hay y realizar un balance económico". Se le preguntó, ante su pasmosa seguridad, si estaba dispuesto a colaborar para llevar adelante la idea, a lo que contestó que "por mi parte estoy dispuesto a todo sin ningún problema y desinteresadamente."

¿Alguien está dispuesto a asumir ese reto? La explotación carbonera de La Camocha no está muerta. Ni mucho menos

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