Gijón es la cuarta ciudad de España donde sus ciudadanos se sienten más seguros. Así lo demuestran las estadísticas y así lo festejó ayer el comisario jefe de la Policía Nacional, Dámaso Colunga, en la onomástica de sus patrones, los Santos Ángeles Custodios.

La percepción de la ciudadanía local es acertada a tenor de los datos esgrimidos por el máximo responsable del cuerpo ayer en la colegiata San Juan Bautista donde se celebró la ceremonia de entrega de distinciones. En Gijón se cometen 24,4 infracciones por cada 1.000 habitantes, veinte menos que la media nacional, y el palpable el descenso de robos con violencia, detenciones por consumo de drogas y cuestiones relacionadas con la violencia de género y casos de homofobia. Además el tiempo de llegada de los agentes al lugar de conflicto no llega a los tres minutos desde la primera alerta. Y todo ello pese al descenso de los efectivos policiales. "El ciudadano no se ha visto afectado por la reducción de plantilla porque nos hemos sabido amoldar a las circunstancias gracias al buen hacer de todo el personal", ensalzó Colunga que afronta el futuro con "optimismo y confianza".

"Con más gente podríamos hacer muchas más cosas", matizó el comisario jefe. Para cubrir todos los servicios, el catálogo de puestos de trabajo del Ministerio del Interior cifra la necesidad de 440 policías para Gijón que actualmente se encuentra "entre un 15 y un 20 por ciento por debajo del catálogo", advirtió Colunga no sin reconocer que "Asturias es una privilegiada porque hay comunidades autónomas que están peor que nosotros". No obstante, y pese "haber mejorado en seguridad en los últimos años", reconoció la necesidad de contar con más efectivos, un lastre que desde la Policía Nacional se combate con "una mayor planificación y optimización de recursos y una intensificación de las relaciones con la Policía Local y Guardia Civil".

Dámaso Colunga -que ayer reapareció en público tras el desvanecimiento que sufrió el sábado en el acto de jura de bandera civil agradeció el interés por su saludo y bromeó al inicio del acto con un "me van a tener que aguantar unos años más" acogida con humor por los presentes- valoró la situación que atraviesan los vecinos del barrio de Laviada, uno de los puntos de conflicto en la ciudad, en el entorno del parque Teodoro Cuesta. "No es un problema policial, es un problema social y no es cuestión de estar permanentemente allí porque sería inviable; sí hay que lograr que los vecinos puedan desarrollar una vida normal sin ningún temor pero lo lograremos entre todos", indicó.

Luego del discurso de Dámaso Colunga, y una vez escuchado el himno nacional, se procedió a la ceremonia de entrega de distinciones. Entre los 20 premiados con la Condecoración al mérito policial, cruces con distintivo blanco, destacó la recogida por el agente Saúl Craviotto, reciente doble medallista -oro y bronce- en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. "Es un premio diferente pero este reconocimiento es muy motivador para mí como policía y estoy muy agradecido por todo lo que están haciendo por mí dentro del cuerpo", valoró el piragüista olímpico tras recibir su distinción. La misma cruz que lucieron en la solapa la Magistrada jueza titular del Juzgado de instrucción número 1 de Gijón, Carolina Montero Trabanco, y el Comandante del Instituto Armado de la Guardia Civil, Marino José Luis Sanz García Bravo.

Tras ellos, recibieron sus diplomas aquellos los funcionarios del cuerpo ya jubilados o en segunda actividad y por último metopas honoríficas para instituciones y ciudadanos como la presidenta de la Sociedad Gijonesa de tiro olímpico, María Piedad González; el párroco de San Nicolás de Bari y capellán del Sporting, Fernando Fueyo, el presidente del Club de Natación Santa Olaya, Secundino González, por prestar las piscinas de su entidad para prácticas policiales; el presidente de la Federación de Salvamento y Socorrismo del Principado de Asturias, José Ignacio Noriega, por su colaboración con la Policía Nacional en las jornadas formativas de rescate acuático y el exfutbolista Enrique Castro, Quini, premiado el año pasado cuando la ceremonia le coincidió con un desplazamiento del Sporting.

La mesa presidencial estuvo constituida, además del propio Colunga, por la alcaldesa Carmen Moriyón, la Fiscal jefe de Gijón, Rosa María Álvarez García; el juez titular de la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, Bernardo Donapetry; y los altos mandos de la Guardia Civil y Policía Local, el teniente coronel Francisco Javier Puerta y el policía Alejandro Martínez Gallo, respectivamente. Antes se celebró una misa en la parroquia de San Pedro oficiada por Javier Gómez Cuesta que, estableciendo un paralelismo entre lo bíblico y lo cotidiano, celebró que la Policía Nacional sea garante "de la libertad, la seguridad, la justicia y la paz", los mismos "valores que los Ángeles Custodios promueven en el Reino de Dios".