Entre letras y solidaridad. Así celebró ayer la Asociación de Escritores Noveles su velada anual de entrega del Premio "Adaro" de relato corto, que este año ya va por su décima edición.

Laura María Ruiz Rivas, escritora de la localidad de Polanco, en Cantabria, recogió el galardón que se otorga con el patrocinio de Adaro Tecnología, S.A., y la colaboración de la Universidad de Murcia.

Al premio concurrieron cerca de 400 relatos, de los que 23 pasaron a la selección final. De entre ellos, se escogió a cinco finalistas. El relato ganador, "Imprecisa y fugaz", es "una reflexión poética y filosófica sobre la finitud de la vida y la infinitud del universo", una obra original que sorprendió a los miembros del jurado por la temática y la forma en que está redactado.

6.000 euros

Al certamen concurrieron, como viene siendo habitual, obras de toda Hispanoamérica y buena parte de la Unión Europea, con un "alto nivel" en los relatos. La organización se vio obligada hace unos años a restringir las condiciones de presentación de los relatos, habida cuenta de la gran cantidad de concursantes que enviaban a través del correo electrónico sus creaciones.

El galardón se entregó en el transcurso de una cena benéfica en el restaurante Somió Park con un doble objetivo. Además de entregar el premio a la ganadora, la intención de la Asociación de Escritores Noveles es la de poder entregar 6.000 euros recaudados en la gala de anoche que se destinarán a la Cocina Económica.