A Ramón Lluis Bande le gusta recordar una afortunada frase del cineasta chileno Patricio Guzmán. Afirma éste que un país sin cine documental es como una familia sin álbum fotográfico. Y añade el director gijonés: "Los asturianos, poco a poco, vamos construyendo ese álbum". Una prueba es el ciclo "Carta blanca", que se presentó ayer en Gijón bajo los auspicios de Laboral Cineteca. Quince películas documentales, filmadas entre los años 2003 y 2015, que muestran la mantenida apuesta por el género de no ficción de buena parte de los realizadores asturianos. Como aseguró ayer el viceconsejero de Cultura del Principado, Vicente Domínguez, esa atención a la realidad desde determinadas premisas estilísticas se ha convertido en algo así como una "marca Asturias" del cine que se hace a este lado del Pajares. Y respaldada, en casos de títulos como "Equí y n'otru tiempu" o "Remine. El último movimiento obrero", con importantes premios nacionales e internacionales.

Sus autores, Bande y Marcos M. Merino, respectivamente, son dos de los programadores de "Carta blanca". El tercero es Luis Argeo, codirector junto a James Fernández de "Un legado de humo". Laboral Cineteca ha optado por incluir estos tres títulos imprescindibles del nuevo cine asturiano en el ciclo, pese a que los tres programadores los habían excluido de su selección inicial. "Les obligamos a programarse, porque, de lo contrario, quedaría incompleto el ciclo", explicó el Viceconsejero.

Estas películas, que ofrecen un sustancial recorrido por los tres últimos lustros de cine en el Principado (se pone el foco en el siglo XXI), se proyectarán en el Paraninfo de Laboral Ciudad de la Cultura dos jueves al mes, desde el próximo día 27 y hasta el 18 de mayo (ver programa completo en esta misma página).

"Hemos querido poner en valor un cine que se ha hecho en un ecosistema complicado y hacer que dialoguen unas miradas y otras", señaló Bande, quien dejó claro que no han querido proponer una "selección de tendencia". Para Merino, el ciclo "Carta blanca" propone una "muy interesante" mirada sobre Asturias, a partir de la "pluralidad de discursos", y es una prueba de la "capacidad de resistencia" de los cineastas asturianos. "Es una gran ocasión para conocer en primera persona a los directores y tomarle el pulso a la creación cinematográfica asturiana", hizo resaltar Argeo. La proyección de cada película irá acompañada de un coloquio con el director seleccionado.

¿Y por qué esa querencia del nuevo cine asturiano por el documental, la no ficción? A juicio de Bande, viene dada "por la propia realidad social e histórica de Asturias" y por los menores costes económicos de este tipo de producciones. "Asturias vive en conflicto con su realidad y con su historia, de ahí que lancemos preguntas a través de este cine", dijo. "Afortunadamente, el cine hoy está también en manos de los hijos de los obreros y trabajadores", subrayó Merino, para quien esa propensión al cine documental se explica, entre otras cuestiones, porque en Asturias "la memoria está en acción". Argeo hizo resaltar que incluso directores con importante bagaje en el territorio de la ficción, caso de José Antonio Quirós o Gonzalo Tapia, hacen cine documental. Bande insistió en lo que considera una perversión: "Que el sistema cultural asturiano se decida desde fuera".