La Policía Nacional detuvo el pasado día 12 a un mierense de 54 años acusado de robar en el interior de varios trasteros y plazas de garaje situados en el barrio de La Arena. Los agentes aseguran que el reo forzó varias puertas y se llevó, entre otros objetos, una bicicleta valorada en 3.000 euros, material deportivo e informático y hasta componentes eléctricos valorados en más de 4.000 euros. En total el botín ascendía a unos 8.000 euros.

El ladrón fue descubierto esta semana por un agente que se encontraba fuera de servicio. El funcionario reconoció al ladrón cuando estaba disfrutando de su tiempo libre paseando con su familia por la zona centro. El agente avisó al 091 y facilitó el arresto del acusado.

Los robos habían tenido lugar a finales del mes de agosto. Fue entonces cuando el inquilino de uno de los trasteros afectados vio que le habían robado varias botellas de vino, una cámara de vídeo y unos prismáticos. El denunciante llegó a ver al ladrón. La descripción que aportó del reo permitió identificarle como un inquilino que le debía a la dueña de los trasteros varias mensualidades de renta.