Un vecino de El Natahoyo de 62 años se enfrentará la próxima semana a una condena de un año y medio de cárcel como presunto autor de un delito de coacciones. La Fiscalía asegura que el gijonés acosó a la dependienta de una tienda de ropa situada en la zona centro de la ciudad. El representante del ministerio público mantiene que el reo se pasó más de dos años acudiendo a diario al establecimiento en el que trabajaba la víctima, una mujer, a la que llegó a amenazar en varias ocasiones.

Todo comenzó a principios del año 2014. Fue entonces cuando el hombre empezó a acudir a la tienda del centro en la que trabajaba la víctima. Y siguió haciéndolo durante más de dos años. La Fiscalía asegura que al principio el reo "procuraba enterarse de las circunstancias personales de la denunciante preguntando a las demás compañeras de la mujer, a los empleados de otros establecimientos y a los trabajadores de la misma cadena que se encontraban en un local de Oviedo". El acusado "se personaba a diario en el local y se quedaba en la calle mirando hacia el interior". En enero de este año el imputado mandó una carta a la dirección de la empresa de la denunciante. "Estoy temiendo lo peor, porque en esta situación uno puede perder los nervios y provocar un drama", aseguró en la misiva. Las amenazas obligaron a los responsables de la marca a contratar un vigilante de seguridad que acompañaba cada noche a la trabajadora hasta su coche.

El ministerio público relata que en febrero el hombre esperó a a su víctima cuando salía del Grupo Cultural Covadonga de hacer deporte para dirigirse a su domicilio. "Al percatarse de la presencia del acusado la mujer optó por dirigirse a un supermercado mientras esperaba a que llegase su marido. El hombre permaneció varios minutos sentado en un banco próximo", cuenta el fiscal en el escrito de conclusiones presentado ante el juzgado.

Lo sucedido provocó que la víctima tuviera que cambiar sus hábitos y costumbres diarias. El hombre ya fue condenado por otro delito de coacciones en el año 2013 por lo que la Fiscalía le aplica en este caso el agravante de reincidencia. Además de la pena de privación de libertad y del pago de una indemnización de 3.000 euros por daños morales, la acusación pública pide que se dicte una orden de alejamiento que impida al reo acercarse a menos de 300 metros de la víctima, de su vivienda o de su lugar de trabajo o comunicarse con ella durante tres años. El juicio por estos hechos tendrá lugar el próximo martes en un juzgado penal de la ciudad. Al proceso judicial están llamados a declarar, además del propio imputado y la víctima, los compañeros de trabajo de la chica que fueron testigos de primera mano del acoso al que fue sometida la denunciante.