La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La noticia: "Mataron de un tiro en el corazón al torero gijonés Praderito"

Trágicamente acabó ayer la vida de este gijonés que tan grande popularidad había adquirido. Por las circunstancias que concurrieron en el hecho y por las numerosas relaciones que tenía, y el afecto que muchos le guardaban la muerte de Severino Díaz Busto produjo piadoso sentimiento.

Praderito fue un nombre digno de estudio. Después de su alocada primera juventud se operó en él un cambio tan radical que llegó a alcanzar una verdadera redención. El público que llenaba El Bibio tomó a broma las primeras salidas de Praderito que manifestaba la más completa ignorancia del toreo. Pero poco a poco fue advirtiéndose en él tal valentía que le hacían arrimarse a los toros con tal arrojo, y entraba matar con tanto valor que se llegó a ver en él un émulo de Machaquito.

Desde que empezó su afición a los toros Praderito abandonó las compañías de su agitada vida, frecuentaba lugares de amenas reuniones, se mostraba dócil y humilde con todos y rehuía toda ocasión de disputa. En estas condiciones, cuando estaba en lo mejor de la vida y gozaba de ella tranquilamente, encontró su muerte trágica el desgraciado Praderito, el ídolo de Cimadevilla donde ayer sólo se hablaba de la tragedia de la calle Corrida, y se dedicaban al querido convecino sentidas frases de cariño. Es lo que queremos nosotros, condensar la pena que nos produjo su muerte: ¡Pobre Praderito!

Reciban su hermana doña María, y demás deudos, nuestro pésame más sentido.

Diario El Noroeste, 2 de septiembre de 1920

Compartir el artículo

stats