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Praderito, vida y muerte de novela

El carismático diestro playu fue asesinado por su apoderado en un café de la calle Corrida pocos días después de tomar la alternativa en El Bibio con 34 años

Praderito saluda al público después de una faena. CONSTANTINO SUÁREZ

Para míticos en Gijón Praderito, claro. Lo tenía todo para acabar siéndolo: nacido y residente en Cimavilla, playu de toda la vida, con ansias de triunfar como torero aunque sus condiciones no fuesen precisamente las óptimas, tan valiente que no sólo se enfrentaba a los toros sino a forzudos y boxeadores para poder malvivir, y además Praderito, terminó asesinado en plena calle Corrida en el verano de 1920. Vida de novela.

Si hubo un torero carismático en Gijón, ese fue Severino Díaz Busto, "Praderito". Con ese apodo por ser nacido y residente en la parte de Cimavilla conocida como el prau de Don Gaspar, hoy calle Escultor Sebastián Miranda y alrededores. El playu deambuló como novillero por diversas plazas de toros de España y naturalmente por la de su pueblo y con cierta edad, tenía ya 34 años, tomó la alternativa en El Bibio. Pero a pocos días de esta fausta celebración (el 22 de agosto de 1920) de la que quedan como testimonio algunas foto de Constantino Suárez como esta que reproducimos y donde lo vemos saludando al público, tuvo lugar una infausta noticia: su entierro.

Así es. En el café Maisón Doré de la calle Corrida un empresario gijonés, su apoderado taurino, lo había asesinado de un tiro tras una acalorada discusión motivada por cuestiones económicas. Eso fue el 1 de septiembre de 1920, a mediodía, ante muchas personas. Cierto es que el empresario fue absuelto en un juicio posterior que se celebró de manera bien rápida, al final de aquel septiembre.

Retrocedemos nueve años. En la historia de Gijón (en la historia pequeña de Gijón, la que aquí reflejamos) hay leyendas que a veces no son del todo verdad. La de los "toros escapados", donde Praderito tuvo algo que ver, sí que es cierta.

El caso de los "toros escapados" sucedió en la tarde del sábado 10 de mayo del año 1913 cuando dos novillos se escaparon en el momento en que eran transportados en camión hacia El Bibio para ser lidiados, una semana después, por Alejandro Irala y por Severino Díaz Busto, Praderito. Los novillos consiguieron salir del camión y deambularon por las calles de Gijón hasta que fueron muertos por tiros de escopeta varias horas más tarde. Uno de ellos entró en el barrio de La Catalana y pasó a la zona central de La Arena, sembrando el terror en la calle del Marqués de Casa Valdés. Luego llegó a la de Capua, llegó a la Plaza Mayor (donde un sereno fue corneado al confundirlo con una vaca) pasó por el Campo Valdés y empezó a subir a Cimadevilla. ¿Dónde fue parar el toro? Al prau de Don Gaspar, al feudo de Praderito, su previsto matador para siete días más tarde. El valiente torero local salió de su casa y no esperó a la semana siguiente: mandó a su hermano Manuel por un estoque mientras él entretenía al morlaco con un mandil. Praderito quería matar al bicho pero la Guardia Civil llegó antes y mató al toro de unos tiros.

¿Qué pasó con el otro toro? Siguió la carretera de Viesques para desviarse hacia Santurio y Castiello causando pánico cuando a las diez de la mañana del domingo apareció por el campo junto a la iglesia de San Miguel, plena de vecinos oyendo misa. Casimiro el de La Coría avisó a la Guardia Civil no sin que antes cornease a varios vecinos (al menos a media docena) siendo José el Maestro quien, ante la atenta mirada de la Benemérita, demostrase su pericia con la escopeta.

Otro ejemplo del arrojo y valor de Praderito. En julio del año 1918 acudió a Gijón un hércules llamado Jack Johnson que apostó mil pesetas a que nadie lo venciese. Este Johnson era popular en toda España boxeando (se anunciaba como "Campeón del Mundo de Boxeo") y haciendo demostraciones de fuerza donde arrastraba carros con los dientes, levantaba pesas, rompía unas pesadas bolas a puñetazos? El día de Santiago de 1918 actuó en la plaza de toros de Gijón en un espectáculo en el que también hubo toros a cargo del diestro ovetense José Díaz "Chinito" que contaba en su cuadrilla con Enrique Rodríguez "El Asturiano", un popular banderillero gijonés. Tras los novillos que mató Chinito le tocó a Jack Johnson corresponder a quien había aceptado su reto: "Daré 1.000 pesetas", había anunciado," a la persona, no ya que me gane, sino que simplemente me resista tres rounds de tres minutos".

Nuestro Praderito ese día no toreó sino que aceptó la apuesta y, naturalmente, no aguantó siquiera un asalto que no debió agotar al campeón. Efectivamente, al día siguiente, vemos anunciado a Jack Johnson en el Teatro Robledo de la calle Corrida dando una exhibición, y compartiendo escenario con la Trouppe Liliputiense, que eran once enanos con caballos ponnys.

No nos resistimos a reproducir íntegramente la briosa carta que Praderito había publicado en la prensa aceptando luchar contra Jack Johnson. El valiente Praderito -inconsciente quizás- decía esto en su carta:

"Señor Jack Johnson.

Muy señor mío.

Habiendo leído en la prensa y en los programas anunciadores de los matchs de boxeo que se han de celebrar el jueves día 25 en la Plaza de Toros que pagará mil pesetas a la persona que le resista tres rounds de tres minutos, participo a usted que yo estoy dispuesto a resistir dicha prueba, desde luego sin más pretensión que atacar lo que pueda y resistir los tres rounds. Espero su conformidad si no tiene otro compromiso y queda de usted atento y seguro servidor.

Severino D. Busto Praderito".

Antes lo adelantamos. Severino Díaz Busto "Praderito" fue asesinado a tiros en un café de la calle Corrida, el Maisón Doré, el 1 de septiembre de 1920. El cadáver, que estaba depositado en el Hospital de La Caridad, donde hoy está El Náutico, fue sacado del hospital el día siguiente a hombros, por cuatro amigos, y en una "severa carroza de la que tiraban cuatro caballos" trasladado al cementerio de Ceares. Consta el texto de las coronas que llevaba: "Recuerdo de tu hermana", "Recuerdo de tus amigos", "A Praderito, de la Peña Oriental", "Recuerdo de Carmela" y "Recuerdo de Conchita, Magdalena y Carmela".

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