Que debemos aprender de los más pequeños, no solo enseñarles, en ocasiones pasa de tópico a realidad. Uno de estos casos, más habituales de lo que pensamos, se dio ayer en el IX Congreso Mundial de Bioética de Gijón durante una mesa redonda titulada "Alumnado de Educación Secundaria contra la violencia de género". En ella, presidida por el prestigioso ginecólogo Santiago Dexeus y moderada por Francisco García, director de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, alumnos de seis centros escolares de la región expusieron ponencias sobre el tema principal de este congreso, la violencia de género, con la simplicidad, sinceridad y clarividencia que les caracteriza, aportando además el punto de vista que en ocasiones falta a los adultos, con ese apego a las nuevas tecnologías que es inherente a los jóvenes.

El turno lo abrieron Paula Alonso e Irene Martínez, del IES Mata Jove de Gijón, quienes, con su trabajo "Indicadores tempranos de violencia de género en alumnos y alumnas de 1º de ESO", incidieron en que este tipo de violencia "ha existido siempre, pero no fue hasta los años 90 cuando se convirtió en un problema mundial". Para su trabajo, realizaron una encuesta entre sus compañeros de centro, en la que apreciaron que existía entre los chicos un "alto índice de sexismo benévolo, de baja intensidad y que es difícil de percibir", procedente en muchos casos de "ideas preconcebidas desde la infancia".

Tras ellas, recogieron el relevo Raquel Andrade y Awa Ka, del IES Padre Feijoo gijonés, con su ponencia "Violencia de género, una persistencia intercultural: Senegal y España", en la que hicieron patente que, si bien estos dos países son muy diferentes en sus leyes y creencias, no lo son tanto en el trato desigual que sufren las mujeres respecto a los hombres en ellos, pero dejando patente que "la violencia de género se da de diferentes formas, pero siempre habrá mujeres que luchen contra ella".

La tercera disertación fue "Exposición de menores a la violencia de género", realizada por María Rodríguez y Julieta Martinotti, del IES gijonés Calderón de la Barca. Con su intervención, recordaron que "el término violencia de género se queda corto", ya que en muchas ocasiones también se dan las llamadas "víctimas por conexión", como los hijos o familiares de las víctimas que sufren del mismo modo que ellas y cuyas consecuencias, sobre todo en los más pequeños, pueden ser devastadoras.

El cuarto turno fue para las alumnas del CPEB Las Arenas de Cabrales Sol Ojeda y María Meiriño, quienes expusieron "Romeo y Julieta en la era del Whatsapp: del amor romántico a la violencia contra las mujeres". En su intervención, hicieron ver que "los celos son lo contrario al amor" y que las redes sociales tienen cierto peligro en las actuales relaciones de pareja, recordando que, en ocasiones, "la violencia de género se camufla bajo el amor romántico". Los penúltimos en subirse al estrado fueron Andrea Castro y Ángel Fernández, del Real Instituto Jovellanos de Gijón, para hablar de "Adolescencia y violencia de género". Con su trabajo y una magnífica oratoria, pusieron de manifiesto que "la adolescencia es un época crucial, donde muchos jóvenes toman conciencia real de quienes son realmente", por lo que es necesario "luchar contra los estereotipos". a sesión la cerraron los jovencísimos Clara Ferrer y Ulises García, del Liceo La Corolla gijonés, quienes explicaron con su trabajo "Alerta micromachismos" qué significa ese término, que "se ha de erradicar" y poniendo de manifiesto, como todos sus compañeros, que "a los jóvenes nos preocupa la violencia de género y tenemos intención de cambiar".

"La bioética si no es social no es nada", finalizó Marcelo Palacios, presidente de la Sociedad Internacional de Bioética, "y ellos (los ponentes) están construyendo un mundo mucho más digno".