"A Gustavo Bueno con los premios 'Princesa' le ocurrió la misma injusticia que a Hitchcock con los Oscar". De esta manera expresaba Juan José Alonso, profesor de filosofía, su queja por el hecho de que Bueno, para muchos "el mejor filósofo español del siglo XX", no hubiera ganado nunca uno de estos galardones.

De esta manera tan contundente presentó Alonso el documental "La vuelta a la caverna", dirigido por Héctor Muniente y que hace un repaso por la vida y la obra del filósofo asturiano, un hombre que, como Platón, vio más allá de las sombras de la pared, para salir fuera de la caverna, entender qué había y volver a explicarlo a los demás, como se extrae del vídeo.

En el documental, rodado con Bueno aun en vida, se recogen testimonios suyos, además de alumnos, filósofos, familiares y periodistas, entre otros, sobre la figura del creador del materialismo filosófico, alguien que decía de sí mismo "no es que quiera ser prolijo, es que lo soy" y que consiguió tener en su haber tantos detractores como acérrimos seguidores.

En las innumerables apariciones televisivas de Bueno recogidas en el documental, se ponía de manifiesto cómo era, alguien "irreverente y provocador", un "pensador incansable", que explicó su pensamiento desde las minas asturianas a los platós de televisión.

Durante la hora que dura el metraje, se explica la visión que tenía del mundo, que le convertía en un rara avis, pero también los problemas a los que hizo frente, varios atentados incluidos.

"Bueno era como Pollock, me encantaba pero no entendía nada; cuando comencé a comprenderlo, fue como Picasso, lo entendía pero era muy extraño", dijo Alonso, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA en su presentación, una definición acertada de un hombre que, aun tras su muerte, sigue sin dejar indiferente a nadie.