Más calabazas que nunca. El Jardín Botánico recibió ayer 92 cucurbitáceas para el concurso a los ejemplares más grandes, más raros y mejor decorados, casi el doble que en la edición del año pasado. Todo un "éxito en la desestacionalización de actividades y el fomento de las tradiciones asturianas", como señaló el gerente de Divertia, Jorge González-Palacios, con todas las plazas de las actividades programadas en la semana de "Calabazas y Calaveras" cubiertas.

En apenas una jornada, y contando solo a quienes pasaron por el jardín hasta ayer a mediodía, fueron más de medio millar los visitantes a la exposición de calabazas, un conjunto de 54 tipos distintos colocados estratégicamente en el recinto para llenarlo de color. Todas ellas, además, han sido cultivadas en el propio Botánico.

Los talleres infantiles titulados "La Bruxa Curuxa", para decorar las calabazas hasta convertirlas en una simpática bruja de larga nariz y sombrero en punta ya no tienen plazas disponibles, con un centenar de participantes en los mismos hasta el próximo 29 de octubre, y lo mismo sucedió ayer con la yincana familiar, para la que no quedó ni un sitio libre. 135 niños y sus familias recorrieron el Jardín en una actividad pensada para descubrir y disfrutar de una fiesta tan asturiana como un magüestu. Los niños atendieron a una parte teórica, buscaron los ingredientes para la preparación de las castañas y la sidra dulce y finalmente degustaron los manjares en familia.

El próximo fin de semana se celebrará la sesión de "La casona del miedo", con teatro de sombras a cargo de "El Turnebís del Tribilín". Ya tiene 60 reservas de un total de 300 plazas. Y para las sesiones del 29 y el 31 de octubre, con magüestu, habrá música a cargo de "Las Eléctricas" y "Petit Pop" y una sesión de "Encuentros Inquietantes" con el gigante, la guaxa, el hombre del saco y demás seres inesperados. Ya se han agotado las plazas para la primera sesión y sólo quedan la mitad para la segunda, con un precio de 7 euros, pudiendo entrar gratis niños de hasta cinco años.

Ayer además se dieron a conocer los premios del concurso de calabazas: las mejores decoradas fueron las de María Teresa López, el galardón a la más rara se lo llevó Mercedes Costales y la más grande fue la presentada por Ana Fernández. Todas ellas están expuestas hasta la semana que viene. Para pasarlo de miedo.