El comité de empresa de la Fundación Hospital de Jove se ha puesto en pie de guerra por la negociación de un nuevo convenio colectivo para los trabajadores tras paralizarse el proceso negociador desde la gerencia del centro "alegando el riesgo de generar pérdidas económicas", denuncia el comité, cuando, según su criterio, dichas dificultades no serían tales.

El último convenio firmado entre los sindicatos y la gerencia data del año 2012 expiró en diciembre de 2015. Tal y como explica el comité de empresa, "en el contexto de la crisis generalizada entonces y tomando como modelo los drásticos ajustes realizados a los funcionarios públicos, las condiciones de trabajo de todo el personal de la Fundación se vieron empeoradas con un aumento de la jornada". Las medidas de ajuste tomadas entonces permitieron un ahorro de "más de trescientos mil euros anuales en concepto de gastos de personal", calcula el comité.

En la actualidad, "tras cuatro años de esfuerzo colectivo de los trabajadores de la Fundación", matizan, los sindicatos intentan mejorar sus condiciones laborales con el fin de hacerlas equiparables al personal del Sespa, una vieja reivindicación en Jove. Entre esas condiciones se encuentran "mejoras sociales y de formación que no llevan asociado ningún incremento retributivo", advierten. Sin embargo, "la gerencia del Hospital ha interrumpido las negociaciones con el Comité de Empresa alegando el riesgo de generar pérdidas económicas".

El comité considera que en los meses que llevan en marcha las negociaciones "hemos ido virando la actitud reivindicativa hacia una posición más conciliadora para facilitar el diálogo, mientras que la gerencia ha mantenido firme su propuesta inicial". Una propuesta por la que únicamente el personal con mayor antigüedad se beneficiaría de la firma de ese convenio, de modo que "sólo los empleados con un contrato indefinido de más de diez años de antigüedad percibirían un complemento no consolidable, proporcional al número real de días trabajados, y aquellos con más de quince años dispondrían de días adicionales de libre disposición", explica el comité en una nota.

Tal y como señalan, en la última reunión de negociación, celebrada el pasado 18 de octubre, la empresa alegó serias dificultades económicas para cerrar el ejercicio de 2016, debido al tipo de convenio singular pactado con el Sespa. Esta declaración "ha causado gran preocupación entre los trabajadores, ya que cuestiona la solvencia de su empresa, lo que parece contradecirse con la actual obra de un edificio de consultas externas de nueva factura, presupuestada en más de doce millones de euros", denuncian. Del mismo modo, las cuentas de la Fundación "arrojan año tras año un elevado superávit con importantes reservas monetarias", afirman.

Del mismo modo el comité denuncia que el pasado 7 de octubre pidió reunirse con el Patronato de la Fundación y el Consejero de Sanidad y "a fecha de hoy, transcurridos 17 días de esta petición, el Consejero aún no ha emitido respuesta alguna, y el presidente del Patronato, Romualdo Trancho, ha declinado dicha solicitud, delegando sus responsabilidades en la gerente".

La gerente, Laura García, se mostró ayer clara al respecto: "lo prudente es esperar a ver cómo evolucionan las condiciones económicas de la Fundación, teniendo en cuenta que los ingresos son los mismos desde hace años y los gastos se van incrementando". Y por ello "entre subir el sueldo al personal o atender a los pacientes elegimos lo segundo", sentencia García, en la certeza de que "lo sensato es esperar para ver si podemos permitirnos esa subida de sueldo".

El comité por su parte ha hecho pública su confianza en que "la gerencia retome su posición de partida y reconsidere al menos abrir la puerta al diálogo", tras lo que entienden como una ruptura de las negociaciones.