El director general de Vivienda de la Consejería de Servicios Sociales del Principado, Fermín Bravo Lastra, animó ayer a las empresas constructoras a levantar edificios de viviendas en cuyos ascensores y pasillos entren sin problemas camillas, que pueden ser necesarias para atender a una población cada vez más envejecida.

En una de las ponencias del IV Foro europeo interclústers de construcción, Bravo abogó por "que la vivienda sea adaptable a lo largo de la vida, en función de la necesidad", poniendo como ejemplo que ningún edificio residencial en Asturias se haya construido "con ascensores o pasillos adaptados para camillas, con lo que se está obligando a que los mayores se tengan que ir de su vivienda" cuando llegan a tener determinadas circunstancias personales.

Para el alto cargo autonómico es "importante explotar ese nicho de mercado", porque los promotores deben pensar que "va a quedar muy reducido el número de quienes podrán pedir hipotecas de 150.000 euros". Esto es, el mercado tradicional de la vivienda no va a volver a los niveles de antes de la crisis.

Bravo Lastra abogó por la innovación en la construcción. Entre otras cosas planteó abordar el problema de la accesibilidad "en un concepto amplio", no sólo pensando en evitar las barreras arquitectónicas, sino mediante el uso de tecnologías como tarjetas que permitan a una persona con alzhéimer llegar al piso en el que vive aunque no se acuerde de qué botón del ascensor tiene que pulsar.