La Policía Nacional busca desde hace días a dos mujeres de nacionalidad extranjera y de unos 30 años de edad acusadas de robar en al menos tres viviendas de la ciudad situadas en El Coto, El Llano y La Arena. Las presuntas delincuentes accedieron a todos los inmuebles ganándose la confianza de sus víctimas, normalmente personas mayores que viven solas.
El "modus operandi" de estas ladronas se repite en todos los casos. El horario de actuación también es siempre el mismo: los robos se producen entre las dos y media y las tres y media de la tarde. La operativa es sencilla. Una de las ladronas llama al timbre de la víctima que previamente ha seleccionado. Cuando la mujer abre la puerta la presunta delincuente pide una limosna, dice que tiene un hijo enfermo en Madrid y que necesita ayuda. Si no recibe dinero la joven finge un desmayo. Asegura que está embarazada o enferma y que necesita ir al baño. Si logra su objetivo de acceder al interior de la vivienda busca la habitación de su víctima. Para evitar que la mujer a la que se intenta robar se percate de lo que está sucediendo entra en escena en ese momento la segunda implicada en este engaño: una joven que llama al timbre de esa misma casa y que vuelve a pedir limosna mientras su compañera rebusca en los cajones de la víctima. Cuando la mujer que ha abierto su casa se da cuenta de lo que está sucediendo ya es demasiado tarde. Las dos ladronas se van del domicilio llevándose joyas y dinero en efectivo. Según los investigadores estas extranjeras ya han actuado en Gijón en tres ocasiones este mes. Se ha registrado un robo cada dos días y no se descarta que pueda haber más casos aún sin denunciar, por lo que los funcionarios piden a las personas mayores que extremen las precauciones y alerten al 091 en cuanto se percaten de la presencia de estas mujeres en las inmediaciones de sus domicilios.
Los funcionarios alertan, además, de que en la ciudad se siguen produciendo otro tipo de estafas como los hurtos cariñosos, aquellos en los que los ladrones abordan a personas mayores o en delicado estado de salud para pedirles limosna, ropa usada o algo de dinero y mientras agradecen la respuesta del incauto con algún cariñoso abrazo les llevan algún objeto de valor.
