Poco más de un mes después del discurso que ofreció en el acto de celebración de la festividad del Pilar en la Comandancia -y en el que dedicó duras palabras a una asociación de guardias civiles a la que acusó de "buscar titulares" aprovechando las bajas médicas de agentes para criticar la falta de efectivos en un cuartel- el teniente coronel Francisco Javier Puerta hace balance en esta entrevista de la repercusión de esa crítica y de los cinco años que lleva al frente de la Comandancia de Gijón.

-¿Cuál es el balance de sus años como máximo responsable de la Guardia Civil de Gijón?

-Creo que es muy satisfactorio. Soy consciente de que no es sólo por mi acción pero desde que llegué en 2012 se ha reducido la delincuencia en la zona de competencia de la Comandancia. Entiendo que esto no le satisface a quien sufre un robo pero los datos están ahí. En el ámbito personal estoy muy contento y mi familia también lo está.

-¿Por qué han bajado los delitos? ¿Cómo se lo explica con lo dura que ha sido la crisis?

-No hemos hecho un estudio criminológico de la causa del descenso de la estadística pero es cierto que la crisis supuso una bajada de los delitos. Todos tenemos menos poder adquisitivo, hay menos que robar y hay mucha gente que se fue de España a buscar su futuro fuera. Nosotros no tenemos más presencia en las calles pero lo hemos compensando cambiando nuestra forma de hacer las cosas. Ahora no trabajamos tanto en la vigilancia del territorio, porque no damos abasto, pero hacemos más puntos de verificación. La sensación de que la Guardia Civil está vigilando es ahora mayor. Cuando se reduce personal la imaginación tiene que funcionar.

-La falta de personal fue uno de los temas que trató en su discurso. ¿Se arrepiente de algo de lo que dijo?

-No, de nada. Cuando preparo un discurso lo hago con tiempo y mido mucho mis palabras porque se que luego va a haber consecuencias. Se que el día del Pilar soy el foco de todas las miradas, por eso me gusta dar el discurso literal a la prensa para que no haya malas interpretaciones. No entré en descalificaciones con nadie.

-La relación con las asociaciones profesionales no ha sido fácil. Le llegaron a interponer una querella acusándole de unas obras irregulares...

-Esa querella está archivada actualmente, aunque los demandantes han recurrido el archivo de la causa. El tema está judicializado y prefiero no hablar de ello. La relación con las asociaciones no es mala. Sólo hay una con la que no tengo buen trato. Tengo el despacho abierto para todas. Los representantes de estos organismos tienen mi teléfono y pueden llamarme. El asociacionismo es legítimo. Ellos velan por los derechos de los agentes.

-¿Es acuciante la falta de personal en la Guardia Civil?

-No, no lo es. No es tan importante el personal que tenemos como las consecuencias de tener más o menos plantilla. Parece que el problema de la tasa de reposición la vamos a resolver porque va a entrar más gente en el cuerpo pero también tenemos un problema de los horarios. Ahora un guardia civil trabaja menos horas que antes y eso se tiene que notar. Pero lo que yo me pregunto es: ¿ha habido consecuencias graves por esta situación? Yo entiendo que no porque ha bajado la delincuencia. Lo importante no es tanto la falta de personal como ver si con los que tenemos podemos hacer un buen trabajo. Supongo que llegará un momento en el que toquemos suelo y aumentará la delincuencia. No podemos estar bajando la estadística continuamente, pero por ahora vamos bien.

-En el discurso habló también de la propuesta de algunas asociaciones de cerrar cuarteles. ¿Cómo ve usted el futuro de la Guardia Civil?

-No creo que sea necesaria la reagrupación. Ya dimos un paso en este sentido con la creación de las unidades operativas utilizando la plantilla de varios cuarteles para cubrir un mismo territorio. Habría que ver si ganamos personal cerrando oficinas porque si aumentamos la plantilla en unas instalaciones esas comandancias ya demandarían nuevos servicios como un equipo de seguridad las 24 horas. Tener un cuartel, aunque esté cerrado, da sensación de seguridad y da un servicio público. La Guardia Civil vertebra el Estado. Es el único órgano que prácticamente está en todo el territorio. Hoy por hoy creo que no es necesaria la supresión de cuarteles y la reorganización. Las demarcaciones se ha difuminado, ya no son tan estrictas como antes.

-¿Cuál es el principal problema de seguridad?

-El principal problema son los delitos contra el patrimonio, porque también son porcentualmente los más importantes y numerosos. Eso no quiere decir que la situación sea preocupante. Es cierto que en una zona donde normalmente no suceden estos hechos la gente se alarma si se producen dos o tres robos pero eso no es preocupante.

-¿Cómo es la colaboración con el resto de cuerpos en Gijón?

-Estupenda. Todos los viernes tenemos una reunión de los tres cuerpos. Lo que tenemos que hacer, más que coordinarnos, es colaborar. Nosotros y la Nacional tenemos el territorio muy definido. Cada uno investiga los delitos que se producen en su zona pero los delincuentes no entienden de demarcaciones. Hay que esforzarse en el intercambio de información. Quizá deberíamos mejorar la colaboración con las policías locales en temas de prevención. Hay funciones que unas veces hacen ellos y otras nosotros porque ellos no llegan.

-¿Cúal es la imagen de los militares en la sociedad?

-Cualquier organización tiene sus defensores y detractores pero nosotros seguimos siendo el organismo más valorado por los españoles.