El principal argumento que se dio en 2007 para justificar un incremento de 250 millones de euros en el presupuesto de la obra de ampliación de El Musel quedó tocado el pasado miércoles después de que el directivo de HC Marcos Antuña entregara a la jueza del "caso Musel" documentación que demuestra que las principales constructoras integradas en la UTE Dique Torres conocían -desde tres años antes de que el Puerto les adjudicara la obra- que la explotación de la cantera de Aboño tendría que compatibilizarse con la obra de al menos una planta desulfuradora para la térmica de Aboño, que debía entrar en servicio antes de 2008.

La construcción de la desulfuradora se había presentado por el Puerto como un problema "sobrevenido" que impidió durante los dos primeros años de la obra de ampliación la explotación de la cantera de Aboño, la más próxima al Puerto.

Antuña declaró como testigo junto a otros directivos de HC y Tudela Veguín. Según asistentes a la declaración, entregó a la magistrada la documentación de un concurso abierto por HC en 2002 para explotar la cantera de Aboño con destino a las obras de El Musel. Al concurso se presentaron siete constructoras, entre ellas ACS, FCC y SATO. Dique Torres se constituiría años más tarde por dos empresas del grupo ACS (Dragados y FSP), FCC, SATO y Alvargonzález Contratas. La documentación incluye las ofertas recibidas por HC, asumiendo que la explotación de la cantera tendría que ser compatible con la construcción de una o dos desulfuradoras y con el gasómetro colindante a la cantera desde 1998.

La documentación aportada incluye un estudio encargado en 2003 por HC a la ingeniería Initec sobre la construcción de las desulfuradoras de las térmicas de Aboño y Soto, en el que esta firma destaca que la obra medioambiental para la térmica era compatible con la explotación de la cantera. El estudio incluía un plano, en el que se veían las afecciones, mínimas, en la parte de tratamiento de agua.

En el concurso abierto en 2002 HC se había decantado por SATO, por cuestiones técnicas a pesar de que su oferta no era la que le reportaba un mayor canon, pero no llegó a adjudicar la explotación de la cantera. En 2004 el Puerto le pidió que firmara un acuerdo de intenciones para poner a disposición de todos los licitadores la cantera. La eléctrica accedió y tras la adjudicación de la obra llegaron los problemas con Dique Torres.