A partir de esta semana, dos nuevas gaitas están expuestas en el Muséu del Pueblu d'Asturies, en la Sala Internacional del Museo de la Gaita, reforzando de este modo la apuesta del museo por mejorar de forma constante su colección, desde que se creara hace ya medio siglo, por Rafael Meré Pando.

Las dos nuevas adquisiciones, tienen la particularidad de ser ambas extranjeras. De un lado, un baghèt, cedida por el artesano Pietro Carisio. Este instrumento, también conocido como gaita bergamesca, al ser típica de esa zona del norte de Italia.

Se trata de una gaita muy parecida a las utilizadas en Asturias, "un instrumento de construcción popular y pastoril, generalmente tocado en invierno", según apuntan desde el propio museo. Su nombre significa "bolsa pequeña", haciendo referencia al fuelle, y se perdió su uso a mediados del pasado siglo, recuperándose en los años ochenta.

El otro instrumento, es un hrubé gajdy, procedente de Eslovaquia, adquirido al artesano Juraj Dufek. Esta "gaita rústica" de Trencín llama la atención especialmente por sus grandes dimensiones, así como por las grandes diferencias con las gaitas asturianas. "Tiene tres tubos: dos de ellos son sonoros y el tercero sirve para introducir el aire en el fuelle, aunque no soplando directamente, sino utilizando para ello un fuelle auxiliar que el músico amarra a su antebrazo derecho mientras toca", explican desde el museo, usándose principalmente "para acompañar el canto y las danzas populares, solo o en combinación con otros instrumentos".

Con estas dos nuevas adquisiciones, de gran valor por su rareza y ser instrumentos casi extinguidos, únicamente interpretados por algunos pocos músicos tradicionales, el Pueblu d'Asturies aumenta su colección en este año 2016. De este modo, el Museo de la Gaita se constituye como el mayor medio para el estudio, conservación e investigación de este instrumento, tanto dentro de Asturias, como en todo el mundo.