Tras más un año de grabación a los alumnos de entre seis y ocho años del colegio Andolina de Gijón, el periodista asturiano Daniel Ortuño debuta como director en el largometraje documental "Botas y zapatillas" que ya está disponible en la plataforma digital de Youtube. Un trabajo enfocado a proyectar la vida sin deberes ni exámenes de los niños del centro donde impera un sistema educativo alternativo.

La propuesta de Ortuño contó con un curso completo de seguimiento y mimetizado en el entorno para que los protagonistas se olvidaran de la cámara e interactuasen con total libertad y naturalidad. "Me hice invisible desde el primer día", recuerda el director sobre el inicio de su ópera prima que comenzó a andar entre 2012 y 2013. Después del trabajo de campo y mucho trabajo comenzó la tarea de seleccionar las secuencias de entre 100 horas de bruto de grabación y después de ir familia por familia y niño a niño solicitando autorización para filmar su vida en el colegio.

El largometraje, presentado en la Jornada de Educación Activa organizada por el Observatorio de Educación de la Universidad Rey Juan Carlos de Gijón, gira en torno a dos objetivos igual de importantes e indisolubles. Por un lado, versa sobre la defensa de pedagogías activas y alternativas con la libertad del niño y de su aprendizaje como base al creer a pies juntillas que "los niños por naturaleza quieren aprender", estima Ortuño. "En este tipo de colegios el contexto, el entorno, en definitiva su estructura permite que se puedan aprender porque quieren".

En segunda instancia, Ortuño persiguió el acercamiento a la infancia. "Quería meterme en la piel de los niños y mostrar sus vivencias, tan intensas, reales e importantes o más que las de los adultos. A veces hasta más duras", reflexiona sobre el contenido que muestra en una hora y treinta y siete minutos.

Tan pronto lloran como sonríen. Lo mismo corren que escuchan. Igual de rápido interactúan con compañeros y docentes como concentrados en un quehacer propuesto en el aula. Diferentes tesituras y reacciones que van evolucionando en un sólo día entre los pequeños durante la propuesta este documental sin ánimo de lucro repartida entre tres historias que se entrecruzan y que acumula ya casi 7.000 visionados. "Historias tan cotidianas y extraordinarias como las de nuestra infancia".

"No hay nada preparado ni preconcebido ni interferido. Me hice invisible, lo conseguí enseguida y para lograr esas reacciones tan naturales lo único que tuve que hacer era estar, estar y estar. Semanas de dos días y otras completas", reconoce Ortuño, que al principio encontró un opositor. "Al llegar, el primer día había un niño que no quería que le grabase y no pasó ni una hora en que vino a decirme que no le importaba", recuerda. Todo sea por la causa de fomentar un sistema alternativo de enseñanza.