Con la sonrisa de quien se sabe vencedor de una guerra, pero, al mismo tiempo, sin perder el gesto serio de quien sabe que tiene por delante la titánica labor de levantar el vuelo de un partido que ha perdido gran parte de su influencia en el municipio. Así salió ayer a la sala de prensa de la sede del PP de Gijón su presidente, Mariano Marín, acompañado del segundo al mando a nivel local en el partido, Pablo González. "Se ha cerrado un capítulo lamentable en la historia del PP de Gijón y ha ganado la justicia, la militancia, la verdad y el partido", señaló Marín en su valoración de la sentencia definitiva que revocó la anulación del último congreso del PP de Gijón, en el que él fue proclamado.

Y no le tembló la voz para referirse a los exconcejales del PP díscolos -Manuel Pecharromán, Gabriel Díaz, Francisco Rodríguez Cubiella, Maite Menéndez y Raquel Vega-, los derrotados en esta guerra judicial interna después de que hubiesen conseguido en primera instancia la anulación del cónclave popular, ahora revocada por la Audiencia Provincial. Marín dejó claro que no hay ninguna posibilidad de que se reintegren a la actividad en el partido los que fueron munícipes y han liderado la corriente dentro del PP gijonés crítica con la ejecutiva local de Marín y la regional de Mercedes Fernández

"Ellos adoptaron una decisión, y a día de hoy han demostrado que no se puede seguir contando con ellos", recalcó ayer Mariano Marín, que no quiso concretar nada sobre si serán expedientados o no dentro del partido, pero sí hizo mención genérica a la investigación judicial del caso Aquagest que ha salpicado a Manuel Pecharromán y a las pesquisas abiertas en la Fiscalía del Tribunal de Cuentas por una denuncia por presuntas irregularidades contables en el grupo municipal del PP cuando lo conformaban los exconcejales críticos.

"El PP de Gijón tiene unos estatutos, que se aplican para los congresos y para medidas disciplinarias. No sé qué hará la comisión de derechos y garantías, pero aquí no tiene cabida nadie que trabaje de forma desleal o con mochilas judiciales que pueden perjudicar al PP. En cuestiones judiciales no nos metemos; que decidan los tribunales. Pero lo lógico es que no tengamos personas que estén sometidas a investigación", argumentó Marín, que llamó a la unidad del partido en torno al proyecto de reconstrucción interna que encabeza su ejecutiva local, afín a Mercedes Fernández.

"Para sacar adelante el proyecto contamos con todas las personas sin excepción que lo quieran apoyar desde la legalidad, que actúen de forma leal y quieran trabajar. Y nos vamos a olvidar de personalismos", proclamó el presidente del PP de Gijón, que insistió en pasar página. "Estamos volcados en trabajar para los gijoneses, con una propuesta coherente y que les ilusione. No estamos en cuitas", manifestó.

"Llevamos más de año y medio soportando una presión innecesaria que afectaría al trabajo municipal de cualquier partido, pero eso tiene que ser agua pasada y lo que cabe ahora es agradecer a la militancia y al presidente del comité organizador del congreso -Manuel Fernández-, que aguantó carros y carretas durante el congreso y después. A todas las personas que no se han sentido desanimadas. Somos un proyecto político con todo el futuro político por delante para Gijón. Siempre desinteresadamente y con buena fe", expresó, por su parte, Pablo González.

El secretario general del PP gijonés llamó, además, a un proceso de reagrupación del centro-derecha, disgregado tras la escisión que dio lugar a Foro Asturias, fuerza que además gobierna en Gijón. González defendió que su partido tiene todavía cierto peso en el Ayuntamiento pese a contar sólo con tres concejales.

"El voto del PP es necesario para el gobierno local en los consejos de administración de las empresas municipales de la ciudad y por ellos pasan muchas decenas de millones de euros. Y estamos demostrando capacidad de apoyar medidas buenas para Gijón, aunque Foro a veces parece tener la brújula estropeada", indicó González, que recordó que "el secuestro del gobierno local de Foro por Podemos es una realidad, y Podemos presume de ello".

Marín, por su parte, insistió en que "nosotros siempre vamos a tener una actitud de colaboración con Foro en todo aquello que sea razonable, no vamos a ser un partido que nos opongamos a todo lo diga Foro". Y añadió: "Tarde o temprano el centro derecha se va acabar reagrupando. Puede dar la impresión de que Foro es más reticente a acercarse a nosotros en Gijón que en otros sitios, pero poco a poco vamos acercándonos".

El presidente del PP gijonés reconoció la gran liberación que supone haber ganado el juicio por el congreso. "Es un paso muy importante porque teníamos una gran losa que nos impedía tomar decisiones importantes y ahora ya puedo decir que sí podemos tomar esas decisiones", afirmó Marín, que atribuye la demanda de los exconcejales a "personalismos", a lo que agregó que "nosotros sí tenemos un concepto de equipo y de unidad".

Marín subrayó la legalidad del congreso en el que fue elegido presidente, avalada por la Audiencia Provincial. "Ya la primera sentencia desestimaba casi todos los motivos de la demanda y sólo estimó uno que ahora desestima la Audiencia, que deja claro que el nivel de avales se tiene que calcular sobre el total del censo de afiliados y no sólo sobre los que están a corriente de pago", remarcó el presidente del PP de Gijón, que no quiso definirse sobre si el partido debe remodelar la normativa para sus congresos para evitar conflictos como el ocurrido en Gijón. "Funcionamos con lo que a nivel nacional está establecido para toda España en la normativa de congresos del partido", se limitó a decir Marín.

Manuel Fernández, quien presidió el congreso que fue sometido a litigio y que siempre ha defendido su limpieza, tiene una opinión similar a la de Marín. "A lo mejor habría que cambiar las normas de los congresos, pero es un tema nacional, no de Gijón. Nosotros nos ajustamos a la norma que marca el partido", manifiesta Fernández, cuya labor organizando el congreso fue duramente atacada por parte de los exconcejales y el sector crítico.